En un primer momento vivieron en Berlín, donde Victor Klemperer trabajaba como revisor de varios periódicos.
Durante la Primera Guerra Mundial, Eva Klemperer retomó sus estudios, y se especializó en música de órgano.
Más tarde, con Hitler en el poder, Victor Klemperer se salvó de la deportación inmediata gracias a que su mujer era “aria”.
Más tarde los trasladó con regularidad y un gran riesgo a una amiga en Pirna.
En 1940, la pareja tuvo que dejar su casa en Dresde y mudarse a un hogar judío.