Sus objetivos, identidad, significado y las fuentes de origen suelen estar ocultos.
En 1925, Adolf Hitler explicaba en Mi Lucha el uso de la gran mentira por parte del judaísmo internacional, sobre una mentira tan "imposible" o colosal, que nadie creería que se "pudiera tener la desvergüenza de distorsionar la verdad tan infamemente".
[4] El éxito de la propaganda negra reside en que está diseñada para influir sobre las capas sociales más sofisticadas, mejor informadas y capaces de la estructura social.
Se basa en la buena voluntad del receptor para aceptar la credibilidad de la fuente.
[4] Si los creadores o los remitentes del mensaje de propaganda negra no entienden adecuadamente a su audiencia, el mensaje puede ser malentendido, parecer sospechoso, o volverse en contra de la fuente.