En particular, se distinguen las reformas institucionales y el nuevo sistema censitario creados con objeto de abolir la distribución de los derechos políticos basada en el linaje del individuo y, en su lugar, constituir una timocracia.
Durante su juventud, tras caer su familia en la pobreza, hubo de dedicarse al comercio y a escribir poesía.
Siendo Solón aún joven finalizó la guerra que Atenas mantenía con Megara por la posesión de Salamina.
[2] Su fama de moderado en una época marcada por los conflictos entre un bando popular y la aristocracia antigua lo llevó al arcontado y a que se le otorgara un poder especial para legislar e introducir cambios en la forma de gobierno.
Sin embargo, aunque sus leyes resolvían varios problemas de la sociedad ateniense, no era suficiente para las clases más bajas, que esperaban medidas más radicales, sobre todo en lo relacionado con la cuestión agraria y la repartición de tierras.
Debatió sobre el sentido de la ley con el filósofo Anacarsis —el escita— y falleció el año 558 a. C. Heródoto relata que en su viaje a Lidia, Solón se entrevistó con el rey Creso.
Consternado Creso por no haber sido nombrado entre ellos, le preguntó si en tan poco apreciaba su prosperidad.
A esto, Solón respondió diciendo que no le era posible ponderar la dicha de un hombre vivo, pues su fortuna es caprichosa y, por tanto, solo puede ser evaluada una vez que el individuo ha muerto.
[5] La mayoría de la crítica —incluso Plutarco[6]— considera poco probable que este encuentro se haya producido alguna vez, puesto que a sus dificultades cronológicas se añade el evidente carácter legendario del relato.
[7] La comunidad ateniense, aunque fundamentalmente agrícola en la época, había alcanzado, desde los comienzos de su unificación política, una estratificación social ya bastante avanzada.
Al respecto, señala Aristóteles: El estrato intermedio entre eupátridas e indigentes, lo constituían dos grupos: geomoros (o geomori), agricultores dueños de escasas tierras en zonas infértiles; y los demiurgos (o demiurgi), artesanos sin tierras.
Con el progresivo desarrollo del comercio marítimo ático y la exportación de artesanías, los sectores carentes de tierras productivas (pequeños productores rurales, artesanos, mercaderes, etc.) se concentraron en Atenas, su puerto (Pireo) y la costa (Paralia); junto con los metecos, inmigrantes sin derechos políticos e incluso sin derecho a la posesión de casa propia.
Los más pobres reclamaban, ante todo, un nuevo reparto de tierras y la abolición del derecho vigente sobre el endeudamiento.
[14] En el año 594 a. C., Solón fue elegido arconte y árbitro (diallaktés), asumiendo poderes extraordinarios.
Al asumir como arconte, Solón se propuso realizar una serie de reformas que quedaran plasmadas en una nueva Constitución ateniense.
[8] Estos debían prestar servicio como caballeros y mantener el caballo por su cuenta.
La última clase estaba formada por los tetes (thetes), de ingresos inferiores a los 200 medimnos.
En una de sus primeras medidas como arconte, Solón anuló las deudas contraídas por los campesinos según las leyes anteriores, y estos recuperaron sus tierras embargadas.
Aristóteles, Plutarco y Diógenes Laercio interpretaron que la medida anulaba todas las deudas.
[8] En su legislación, Solón derogaba la ley vigente en ese entonces según la cual era posible cobrar deudas mediante la esclavitud del deudor y sus familiares (hektemoroi).
Una vez que ésta entró en vigencia, el arconte compró esclavos con el fin de liberarlos.
[9] La legislación de Solón intentó tanto estimular la actividad productiva como evitar los gastos improductivos.
Por ejemplo, se prohibieron los funerales costosos y la inmolación de animales en honor al fallecido.
En su conjunto, estas reformas, que acercaban los sistemas atenienses a los entonces utilizados en Eubea, actuaron favorablemente en la ampliación del comercio de la polis Ática.
[21] Las reformas de Solón limitaron el dominio ancestral absoluto que un padre tenía sobre su familia.
[24] Varios estudiosos han puesto en duda algunos versos atribuidos a Solón por su referencia a hechos todavía no ocurridos; o bien, en otros casos, porque la evidencia recogida les ha adjudicado un origen anterior.
Su estilo elegíaco pudo haberse debido a la influencia de Tirteo,[25] si bien incursionó en otros géneros líricos como el troqueo y el yambo, de tono más vital y directo.
Gregory Vlastos analiza que, mientras que para Semónides de Amorgos el mar tiene una naturaleza dual en la que alterna su apariencia (a veces calmo, a veces tormentoso o perturbado), para Solón la perturbación no es su estado natural o justo; y si entra en este estado, ha de existir para ello una causa perturbadora.
Están en contra, Eric A. Havelock,[28] H. Lloyd-Jones,[29] quienes aducen un mismo concepto de justicia en Solón que en Hesíodo.
Mas entonces se equivocaron, y ahora, enojados por ello, me miran de soslayo como a un enemigo.