No se sabe a ciencia cierta si era miembro del gobierno oligárquico de Los Cuatrocientos, en el 411 a. C., pero siguió a Frínico, el oligarca radical y cabecilla de Los Cuatrocientos tras la caída del régimen en el 410 a. C. En los años posteriores a la caída del régimen, Critias estuvo implicado activamente en política como asociado de Alcibiades.
Sin embargo, la formación de la falange en una columna profunda falló, lo que costó muchas vidas en una batalla sangrienta.
Las tentativas de establecer un nuevo gobierno oligárquico fallaron y la democracia fue restaurada poco tiempo después.
Se erigió un monumento a Critias y Los Treinta, en el que se podía ver la personificación de la oligarquía llevando antorchas y dando fuego a la democracia.
[13] Jenofonte caracterizó a Critias como un tirano despiadado, sin moral, cuyos crímenes podrían haber desembocado en la muerte de Sócrates.
[cita requerida] Aunque estas representaciones de Critias difieran tanto, no se contradicen.
[18] Existe un fragmento de una dedicatoria en dos victorias en los Juegos Ístmicos y dos victorias en los Juegos Nemeos en el 438 a. C. en el que puede que se miente a Critias, hijo de Calescro, aunque la restauración del nombre sigue siendo incierta.
Si Platón hubiera divulgado exactamente el carácter de figuras históricas en sus diálogos, tal vez dichos diálogos hubieran proporcionado más rasgos del carácter y el comportamiento de Critias.
[21] Aunque esta definición, en particular, se abandona en la discusión descrita en el Cármides, reaparece en una forma ampliada como el último significado del dikaiosyne (justicia) en La República: Esta definición de la justicia (dikaiosyne), es sostenida por Platón como la virtud más alta y es su pilar central en su concepto utópico de ordenar las clases sociales y políticas del estado ideal.
[25] Critias permanece en el fondo de la conversación, haciendo solamente una observación acerca de la afinidad del filósofo En otro cara a cara, Sócrates regaña a Critias por su atracción y comportamiento excesivamente celoso por un hermoso joven llamado Eutidemo diciendo que él se frotaba contra otro hombre joven Anécdotas como estas de Sócrates y de Critias muestran que ambos se divertían y se conocían mutuamente, pero también estaban a menudo en desacuerdo el uno con el otro.
Nos describe cómo, en un principio, los seres humanos habrían vivido como bestias salvajes según la ley del más fuerte; más tarde se crearon las leyes y los castigos, pero los hombres actuaban en secreto con maldad.
Tal inventor, a pesar de que «había velado la verdad con un cuento falso», habría creado de este modo la religión como un apoyo sutil con el que contaría el Estado para sostener las convenciones legales.