Desarrollaban artesanías como: Instrumentos musicales, esculturas, trastos de barro, etcétera.
[1] Los historiadores de la antigüedad estaban de acuerdo en considerar como artesano a un individuo con una pericia especial y que producía, fuera del sector agrícola, bienes materiales destinados a la comercialización.
Incluso en algunas ciudades, especialmente en las que tienen fama de belicosas, no se permite a ningún ciudadano ejercer oficios manuales».
[18] Las posibilidades reales de enriquecimiento por la actividad artesanal pueden sin duda contribuir a explicar esta discrepancia entre el discurso y la realidad.
Incluso si el discurso peyorativo difundido por sus fuentes fue, al menos en parte, compartida por toda la sociedad griega antigua, debemos tener en cuenta este carácter relativamente partidista y sesgado de las fuentes de que disponemos.
Estos esclavos podían vivir aparte (chôris oikountes), pudiendo constituir un peculio que les permitiese rescatar ulteriormente su libertad, en la medida en que su amo se contentara con tener una renta vitalicia o un porcentaje fijo de sus beneficios (sistema de la ἀποφορά / apophorá, puesta en marcha a partir del siglo IV a. C. en Atenas).
Durante la construcción del Erecteión, a los artesanos libres y esclavos se les pagaba la misma cantidad, alrededor de un dracma por día.
Por ejemplo en Atenas, donde los metecos estaban de hecho muy presentes, gracias a las ventajas que les concedía la ciudad numerosos habían hecho fortuna en las actividades artesanales, como el siracusano Céfalo, padre del orador Lisias, establecido en El Pireo y que contaba con 120 esclavos en sus talleres de fabricación de escudos.
Aspiraba a transformar en objetos útiles o negociables las materias primas agrícolas producidas en el dominio familiar.
Es, sin embargo, a menudo difícil de distinguir lo que en este dominio apunta al autoconsumo y la satisfacción estricta de las necesidades internas del oikos, de lo que está destinado a la comercialización en el mercado local:[24] muy a menudo, parece que el objetivo es doble.
Son numerosas las representaciones en la cerámica griega de mujeres hilando la lana, y se depositaban a veces ruecas, husos y pesas en las tumbas femeninas, como se enterraba a los guerreros en compañía de sus armas.
Otra actividad esencial del oikos fue la transformación de la producción agrícola en productos alimenticios que solicitaba cotidianamente la casa.
En la época clásica, había en Atenas artesanos especialistas en la fabricación de arados, «en muchas regiones griegas la tradición hesiódica prosigue»:[27] el recurso al artesano especializado no era sistemático más que para las herramientas de metal.
A partir del siglo IV a. C., el carpintero-molinero de la población, aparece en las fuentes fabricando muebles (camas, mesas), o puertas.
Este nexo pudo perdurar cuando, instalado en la ciudad, el artesano alimentó su taller con la producción del dominio que poseía en la chôra, pero lo más frecuente es que fuera a través de intermediarios para procurarse materias primas, y sus lazos con el mundo agrícola fueran débiles.
De hecho, la tienda específicamente dedicada a la venta era rara fuera del ágora.
Esta tienda-taller estaba formada en general por una o dos estancias poco iluminadas (una de las cuales daba a la calle), debido a que la actividad del artesano se daba con frecuencia dentro del seno familiar.
[36] Los ergasteria, en la medida en que su actividad eran poco contaminante, se esparcían a veces por toda la ciudad, como en Delos, pero podían también estar agrupadas en barrios «artesanales», eventualmente especializados (calle de los broncistas, barrio del Cerámico en Atenas).
No disponían de stock y trabajaban sobre todo bajo demanda: esta gran dependencia con respecto al cliente no hacía sino acentuar su pobre imagen en una sociedad de ideal autárquico.
La empresa artesanal, cuya producción no estaba únicamente destinada a una clientela local, estaba dirigida por una especie de «maestro de oficio» con competencias reconocidas y con medios financieros relativamente importantes.
[47] Si la artesanía era una actividad poco arriesgada, era «porque el mundo griego sigue a la demanda y no la precede nunca».