Esta hipótesis cobró mayor importancia a partir de su discusión por Karl Marx en el capítulo 13 de El capital, tomo III,[2] pero economistas tan diversos como Adam Smith,[3] David Ricardo,[4] Thomas Malthus,[5] John Stuart Mill,[6] William Stanley Jevons[7] y John Maynard Keynes[8][9] se refirieron explícitamente a la tendencia como un fenómeno empírico que exigía una explicación teórica más detallada, aunque difirieron en las razones por las que la tendencia debería ocurrir necesariamente.Según este punto de vista, su refutación o eliminación conduciría al reformismo en la teoría y en la práctica".Según Adam Smith, esta tendencia se debía a ley de la oferta y la demanda aplicada al salario.[3] "En países ricos serán altos los salarios y bajos los beneficios; en países pobres ocurrirá lo contrario [...] En caso de plena prosperidad, suben salarios y beneficios [...] El caso contrario ocurrirá en una sociedad que ha caído en el estancamiento.En consecuencia el salario nominal sube, incluso si el salario real permanece al mismo nivel o si la acumulación del capital aumenta la masa de productos.Esta elevación de rentas y salarios tiende a devorar los beneficios.[20] Marx nunca negó que las ganancias pudieran caer contingentemente por todo tipo de razones, pero pensó que también había una razón estructural para la TDTG,[21] independientemente de las fluctuaciones actuales del mercado.Marx argumentó que la innovación tecnológica permitió medios de producción más eficientes.A corto plazo, la productividad física aumentaría como resultado, lo que permitiría a los capitalistas de adopción temprana producir mayores valores de uso (es decir, producción física).A largo plazo, si la demanda sigue siendo la misma y se adoptan métodos más productivos en toda la economía, la cantidad de trabajo necesaria.La tasa de ganancia industrial tendería a disminuir a largo plazo, argumentó Marx, paradójicamente no porque la productividad disminuyera, sino porque aumentó, con la ayuda de una mayor inversión en equipos y materiales.Como sostuvo Ernest Mandel, la tasa de ganancia dejaría de disminuir si la tasa de plusvalía aumentara en la misma proporción que la composición orgánica del capital, pero esto es imposible a largo plazo: Teóricamente, la composición orgánica del capital puede aumentar hasta el infinito.[38] También podría haber varios otros factores involucrados en la rentabilidad que Marx y otros no discutieron en detalle,[39] incluyendo: La controversia académica sobre la TDTG entre marxistas y no marxistas ha continuado durante cien años.[51] En la actualidad existen varios miles de publicaciones académicas sobre la TDTG en todo el mundo.El profesor Michael C. Howard afirmó que "la conexión entre la ganancia y la teoría económica es íntima.[52] El economista japonés Nobuo Okishio argumentó en 1961 que "si la técnica recién introducida satisface el criterio de costo [es decir, si reduce los costos unitarios, dados los precios actuales] y la tasa del salario real permanece constante", entonces la tasa de ganancia aumentaría.[55] Heinrich cuestiona las teorías marxistas que dan un lugar central a la tendencia a caer de la tasa de ganancia, ya que el propio Marx omitió incluir el argumento en su trabajo teórico publicado.Marx, sostiene Heinrich, más tarde se dio cuenta de esta dificultad.[56] Al aumentar la productividad, las tecnologías que ahorran mano de obra pueden aumentar la tasa de ganancia industrial promedio en lugar de disminuirla, en la medida en que menos trabajadores pueden producir mucho más a un costo menor, lo que permite más ventas en menos tiempo.Si el excedente puede ser producido por todos los insumos de producción, entonces él cree que no hay razón por la cual un aumento en la relación entre el capital y los insumos de trabajo deba causar que la tasa general de excedente disminuya.[70] Esto dio lugar a una larga controversia académica[71][72][73][74][75] Los críticos afirmaron que Marx no logró reconciliar la ley del valor con la realidad de la distribución del capital y las ganancias, un problema que ya había preocupado a David Ricardo, quien heredó el problema de Adam Smith, pero no lo resolvió.[83][84] En El capital, tomo I (1867)[85] señaló que todavía se necesitaban "muchos términos intermedios" en su narrativa progresiva para llegar a la respuesta.[87] Tales recursos científicos comenzaron a existir solo medio siglo después.[95] Este estudio, revisado por Ronald L. Meek y H. D. Dickinson,[96] fue ampliamente criticado por Shane Mage en 1963.[99] Desde la década de 1970 se han llevado a cabo diversos esfuerzos para examinar empíricamente la TDTG.Los estudios que apoyan o argumentan a favor de ella incluyen los de Minqi Li (2007),[100] John Bradford (2007),[101] Basu y Manolakos (2012),[102] Michael Roberts (2012, 2015),[103][104] Paul Cockshott (2013),[12] Themistoklis Kalogerakos (2014),[105] Bin Yu (2016),[106] Julio Huato,Jesus Lara Jauregui, Evan Wasner (2022),[107] Tomás N. Rotta y Rishabh Kumar (2024).[108] Entre los estudios críticos o contradictorios con la TDTG se encuentran los de Òscar Jordà (2019),[109] Marcelo Resende (2018)[110] y Simcha Barkai (2016).[111] Otros estudios, como los de Basu (2013),[112] Elveren (2015),[113] Thomas Weiß (2015),[114] Ivan Trofimov (2017),[115] informan resultados mixtos o argumentan que la respuesta aún no es segura debido a hallazgos contradictorios y problemas con la medición adecuada de la TDTG.[119] En el Reino Unido, Ernst & Young (EY) proporciona hoy en día un Profit Warning Stress Index para las empresas que cotizan en bolsa.[120] The Share Centre publicó el informe de Profit Watch UK.
Heinrich en junio de 2018..
En la época de Marx, poco después de la revolución industrial, todavía existían tasas de ganancia del 45% (ganancias e intereses bancarios). Después de la
Primera Guerra Mundial
, cayeron al 16,2% según
Ernest Mandel
. Después de la
Segunda Guerra Mundial
, se situó en el 12,6% según
Elmar Altvater
y antes del año 2000 según
Robert Brenner
sólo en el 3,5%, muy por debajo de la tasa de interés de los mercados financieros.