Capital fijo
El concepto fue analizado teóricamente por primera vez con cierta profundidad por el economista Adam Smith en La riqueza de las naciones (1776) y por David Ricardo en Principios de economía política y tributación (1821).[2] Por lo tanto, el capital fijo es la porción del desembolso total de capital que se invierte en activos fijos (como mejoras de terrenos, edificios, vehículos, plantas y equipos), que permanecen en el negocio casi permanentemente (o al menos, durante más de 10 años) un período contable.En cuentas nacionales, el capital fijo se define convencionalmente como el stock de activos fijos tangibles y duraderos que poseen o utilizan empresas residentes durante más de un año.La razón principal es que la tierra no se considera un producto (un bien reproducible).Existen dos métodos principales para estimar el stock de capital fijo en cualquier nación: la medición directa del stock de capital y los cálculos del inventario perpetuo.Esta serie de datos también se puede modificar aún más con varios otros ajustes por precios, depreciación económica, etc. (hoy en día los historiadores económicos y estadísticos utilizan varias variantes del enfoque PIM).Sin embargo, la depreciación económica puede estimarse con "... suficiente precisión para ser útil en el análisis de políticas".A veces, las amortizaciones también se consideran en parte una compensación por este riesgo.