En otras palabras, el capital social se constituye con los aportes iniciales de los socios, dinerarios o no dinerarios, para que la sociedad desarrolle los negocios que constituyen su objeto social.
En caso de sucesivos resultados negativos puede que se vea afectada, considerando excepcionalmente la quiebra, cuando el patrimonio social es negativo y por lo tanto no hay recursos suficientes en la empresa para poder atender sus obligaciones ante terceros.
El capital social es un recurso pasivo que representa una deuda de la sociedad frente a los socios originada por los aportes que estos realizaron para el desarrollo de las actividades económicas contempladas en el objeto social.
Desde el punto de vista societario el capital debe ser devuelto, algún día por la sociedad a los socios.
Inicialmente se forma con las contribuciones que hacen sus fundadores de bienes en propiedad y luego se incremente o disminuye con los frutos de esos bienes, o con nuevas contribuciones.
El contrato de sociedad puede limitar la transmisibilidad pero no prohibirla, pudiendo variar en cada legislación.