[1] Las navieras que ofrecen servicio en «línea regular» disponen de agentes, conocen los puertos y sus condiciones de funcionamiento; por eso, pueden incluir en el flete algo más que el transporte marítimo, por ejemplo, carga, estiba, almacenaje, etc.
En el transporte marítimo es habitual calcular el flete por peso o volumen[Nota 1] según la equivalencia de:
El flete base se cobra por cada tonelada o metro cúbico de mercancía transportada, según sea lo más ventajoso para la naviera.
El coste del transporte en línea regular se divide en dos partes: flete básico (Ocean Freight, Blue Rate o Freight Rate), que cubre el transporte marítimo exclusivamente[Nota 3] y los recargos o «factores de ajuste»,[3] que cubren costes adicionales que el naviero no puede controlar, son gastos previos o posteriores al embarque.
Al contratar el transporte marítimo se debe conocer qué operaciones y gastos están incluidos en el flete.