Megalópolis (Megalopolis, Μεγάλη πόλις o Μεγαλόπολις o en griego: Μεγαλόπολη) es un municipio y una población de Grecia situado en Arcadia, en el Peloponeso, en el valle del Alfeo.
Su nombre quiere decir «la gran ciudad» (ἡ μεγάλη πόλις) como la denominó Pausanias.
Diversas ciudades (unas 40) fueron vaciadas y sus habitantes invitados o forzados a poblar la nueva ciudad.
Un ejército, los epariti (Ἐπάριτοι) estaba al servicio de la liga y lo formaban 5000 efectivos.
[10] Megalópolis, al igual que Argos, Hermíone y Fliunte, se unió a la Liga Aquea en 241 a. C., tras la batalla de las Islas Egadas,[11] que supuso el fin de la primera guerra púnica.
Dos generaciones después de Aristodemo el tirano era Lidíadas, que renunció en 232 a. C..
[12] En 223 a. C. un ejército espartano dirigido por Cleómenes III tomó la ciudad; los habitantes que no murieron durante la lucha pudieron escapar hacia Mesenia, conducidos por Filopemen.
En 168 a. C.-167 a. C., el historiador fue deportado a Roma junto con otros mil rehenes de alto rango.
La intención de los romanos era abrir un proceso regular a los rehenes (y detrás de esta oscura maniobra se encontraba la instigación del partido filorromano que se había formado dentro de la Liga), pero el proceso nunca se llevó a cabo y, después de siete largos años, los 300 rehenes que habían sobrevivido recibieron el permiso para volver a su ciudad.
Después fue atacada por el tirano espartano Nabis, que no la pudo ocupar completamente,[15] pero desde entonces entró ya en decadencia.
En 175 a. C. Antíoco IV Epífanes prometió dinero para hacer una nueva muralla más reducida.
La creación de la ciudad constituyó un hecho traumático para la población del territorio, que no estaba habituada a una estructura urbana, y que siempre deseó volver a sus aldeas.
Megalópolis vivía en una situación bastante insólita para una ciudad y esto condicionó su estructura.
Era al mismo tiempo una ciudad autónoma y la capital federal de la Liga Arcadia.
Por este motivo, los organismos federales, como el teatro, la sede del Consejo de los Diez Mil (el Tersilión) y los alojamientos para la población ocasional se situaron en la zona sur del río, llamada Oresteia.
Faltaba en Megalópolis la tradicional acrópolis, pero sus funciones religiosas las asumían en parte dos pequeñas colinas situadas en el sector septentrional del barrio norte.
La simetría y una rígida perpendicularidad son los principios en los que se basaron los arquitectos del complejo.
[27] En el camino de Megalópolis a Ménalo se hallaba un recinto sagrado del viento Bóreas, al que los megalopolitanos ofrecían sacrificios puesto que le atribuían el mérito de haberlos ayudado al destruir una torre de asalto del rey espartano Agis.