Esta era la parte más secreta de los Misterios y aquellos que habían sido iniciados tenían prohibido hablar nunca de los hechos que tenían lugar en el Telesterion.
Se estima que en el siglo V a. C. podía acoger a 3000 personas en sus gradas.
El público asistía o participaba en las cosas que se decían, representaban y revelaban.
Independientemente de lo que comprendieran los Misterios ya fueran apariciones, recreaciones o representaciones rituales.
[8] Se ha encontrado un referente claro a este tipo de salas hipóstilas en las apadanas aqueménidas.