Su papel es parecido al del oculus, aunque está peor protegido de la intemperie.
De planta circular o poligonal, se abre al interior directamente sobre la cúpula, sin otra estructura que la sostenga.
Su función es dar luz a la cúpula, a través de paredes verticales sobre las cuales se abren ventanas;[1] por esta razón, y por su similitud de forma, se las llama "linterna".
En otros casos, su tamaño relativo en relación con la cúpula, como en las romanas basílica de San Pedro o Sant'Ivo alla Sapienza adquiere gran importancia compositiva, llegando incluso a enmascarse los arranques de las propias cúpulas para realzar su papel.
A partir del Renacimiento, cuando se mejoró la técnica para construir las cúpulas, los artistas comenzaron a pensar formas y soluciones originales para las linternas, dándoles la máxima importancia como elementos distintivos que se destacan en el cielo.