La palabra, apadāna se ha comparado con el sánscrito āpādana (आपादन), que significa “legar”, y también con el sánscrito apa-dhā (अपधा), que significa “escondite”, y el griego apo-thēkē (en griego antiguo: αποθήκη), que significa “almacén”.
Quedó destruida en el año 331 a. C. por el ejército de Alejandro Magno, que dejó en pie solo una columna.
Están decoradas con relieves, mostrando a los delegados de las 23 naciones sometidas al Imperio persa pagando tributo a Darío I, que está representado en el centro, sentado.
Los diversos delegados están representados con gran detalle, lo que permite conocer la vestimenta y el equipamiento de los diversos pueblos de Persia en el siglo V a. C. Hay inscripciones en persa antiguo y elamita.
Como término arquitectónico y arqueológico moderno, la palabra apadana también se utiliza para referirse a las salas hipóstilas urartias, como las excavadas en Altıntepe y Erebuni.