Por dicho motivo no contaba con un perímetro amurallado externo ni una planta urbana bien definida.
[3] El conjunto puede ser dividido en cuatro áreas:[1] A lo largo del camino que unía la ciudadela, donde surge la terraza denominada Tajt-e Soleimán, es decir, «Trono de Salomón», con el resto del lugar se encuentra el área palaciega, con dos palacios ubicados residenciales en mitad de un extenso jardín, así como dos pabellones pequeños.
[1] Las entradas estaban flanqueadas, en los lados cortos, por toros, algunos de los cuales eran androcéfalos y alados, según Ernst Herzfeld.
Le acompañan nobles y, posiblemente guardias, vestidos tanto el rey como el resto de su cortejo con indumentaria persa.
[7] Al sur del área palaciega está la tumba de Ciro.
[3] En la parte más septentrional del complejo había dos altares y una colina con cinco terrazas artificiales.
Según una teoría estarían consagradas a Ahura Mazda, Mitra y Anahita.
También se ha sugerido otro trío de dioses: Ahura Mazda, Sraosha y Arta.
No solo este es el primer ejemplo de jardines por los que Persia sería conocida posteriormente, sino que podría ser precursor del jardín formal islámico dividido en cuatro partes (chahar bagh).