[a][2] El origen del arte asirio se atribuye a los antiguos sumerios, pueblo que se supone de origen camita y que pobló estas tierras hacia el año 4000 a. C. El estilo de estas personas fue asimilado después (desde el año 3000 al 1500 a. C.) por el pueblo semita de los acadios que también llegó a habitar esta región y se fundió con los habitantes anteriores y fue asimilado igualmente por los babilonios.
El periodo más característico es el llamado neoasirio o asirio tardío, desde el año 1000 al 612 a. C., en el que se construyen los grandes palacios de Assurnasirpal II, Sargón II, su hijo Senaqerib y Esarhaddon (el conquistador de Egipto).
Con este material fácil de tallar se realizaban grandes placas decoradas con relieves que cubren los edificios más nobles.
Se han encontrado pocas estatuas, debido a la mala calidad de los materiales.
Por eso lo más abundante son los bajorrelieves hechos de alabastro o caliza blanda.
Las escenas que muestran la vida placentera de dentro del palacio se representan en las paredes interiores.
Algunas eran enormes y estaban colocadas en las puertas de los palacios, como guardianes del recinto.
Los numerosísimos relieves que decoran los palacios asirios, Nínive y Khorsabad, serían obras de muchos artistas.
Además del vivo interés histórico-descriptivo que ofrecen por los temas, son admirables como obras de arte.
Las figuras de animales heridos que aparecen en tales relieves están representadas con una vida y un sentido del dolor insuperable.
El rey es el personaje más importante del pueblo asirio, es el dominador y el caudillo, por tanto su casa debe ser construida con magnificencia.
El tema del árbol de la vida aparece en los sellos cilíndricos y en algunas pinturas murales.