Según la mitología griega, la ciudad fue fundada por Palas, hijo de Licaón.
[1] Jenofonte dice que el beocio Epaminondas contaba con que los habitantes de Palantio se le unirían como aliados en la batalla de Mantinea del año 362 a. C.[2] Pausanias dice que fue una de las poblaciones pertenecientes al territorio de Ménalo que se unieron para poblar Megalópolis.
[3] Pausanias añade que los arcadios habían fundado una ciudad en Italia, a orillas del Tíber, que posteriormente fue una parte de la propia Roma a la que habían llamado Pallantium en honor de la ciudad situada en Arcadia.
Por este motivo, el emperador Antonino Pío hizo concesiones a la ciudad de Palantio, puesto que de lo que antes era una aldea hizo una ciudad libre y autónoma.
En la cumbre de un monte que había sobre la ciudad y que le servía de acrópolis había un santuario de dioses cuyos nombres o bien eran desconocidos o bien no se podían nombrar, y los llamaban Cátaros debido a que los sacrificios que les hizo Palas eran diferentes a los que Licaón había hecho a Zeus Liceo.