[8] En 1859 publicó Signum Foederis - efectos sociales y religiosos de la armonía, obra en la que, con 17 años,[9] urgía al Estado de Buenos Aires a unirse a la Confederación Argentina para restablecer la armonía nacional.[12] En 1864, con 22 años, fundó junto a Lucio V. Mansilla el Círculo Literario,[13] a cuya primera reunión concurrieron Valentín Alsina, Dardo Rocha, Luis Sáenz Peña, Miguel Navarro Viola, Carlos Guido y Spano y Estanislao del Campo.[14] Otras personalidades que participaron fueron Amadeo Jacques, Pastor Obligado, Miguel Puiggari, Carlos Burmeister y Manuel Trelles.Ese año, Estrada publicó Ensayo histórico sobre la revolución de los comuneros del Paraguay en el siglo XVIII.[20] En esa época los maestros no tenían título ni se los evaluaba: Estrada organizó un ciclo de conferencias y cursos para su desarrollo profesional y propuso remover a quienes fueran menos competentes o tuvieran un injustificado ausentismo.[19] El gobernador puso en práctica estas reformas de manera parcial, por lo que Estrada renunció al año siguiente.La constitución provincial se había escrito en 1854 cuando todavía estaba separada del resto de la Confederación, y debía adecuarse al nuevo contexto.En su primer número, la editorial afirmó que la revista «será cristiana», y el lema elegido para la publicación era la frase de San Pablo: instaurare omnia in Christo (Efesios 1:10).[38] Fue muy importante su actuación en el Congreso Pedagógico de 1882 donde sostuvo que la escuela pública común debía ser católica, manteniendo un duro debate con Leandro N. Alem.[39] En ese momento, en un sistema que no generaba controversias, se exceptuaba de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas a los alumnos cuyos padres así lo solicitaran.[41] En 1883 se fundó La Asociación Católica, que presidió Estrada y en cuya dirigencia participaron: Tristán Achával Rodríguez, Miguel Navarro Viola, Emilio Lamarca, Apolinario Casabal, Pedro Goyena, Tomás de Anchorena, y Enrique Lezica, entre otros.[53] En diciembre, Tucumán había elegido gobernador a Juan Posse, que no era partidario del presidente Juárez Celman.Por este motivo se organizó una columna armada que partió de Córdoba y ocupó el cabildo provincial.[49] Pese a toda su oposición y lucha, no pudo evitar que se promulgaran las leyes de educación laica, el matrimonio civil y el pase del Registro civil a manos del Estado.[57] En octubre de 1893 el presidente electo Luis Sáenz Peña lo llamó para ocupar un lugar en su Gabinete, pero Estrada lo rechazó.En cambio, aceptó ser designado ministro plenipotenciario ante el gobierno de Paraguay, donde pensaba encontrar un clima más adecuado para su salud.[58] En ese país era ministro de Relaciones Exteriores un exalumno suyo: Venancio López, lo cual facilitó su trabajo.A su funeral asistieron miles de personas, incluso el presidente Luis Sáenz Peña.[64] Por este motivo, el autor colocó a la ley moral como principio indispensable para cualquier orden jurídico justo: «ninguna legislación política ni ningún acto colectivo en las mil situaciones históricas de la humanidad, puede disminuir la estabilidad y la eficiencia de la ley moral».[66] También rechazaba el relativismo moral, calificado de «variable», «corruptible» y «extravagancias metafísicas».[77] Estrada observó la crudeza de la vida en el campo: el gaucho no tenía hogar ni propiedades, y no podía llegar a obtenerlas ya que la falta de un trabajo fijo le impedía ahorrar.[78] Los gauchos, en cambio, estaban oprimidos por «la manera arbitraria y cruel de aplicar las leyes»:[79] según Estrada la verdadera igualdad democrática sólo se conseguiría «levantando el nivel intelectual y moral» del pueblo de la campaña mediante el acceso a la educación pública.Sarmiento, por ejemplo, tuvo políticas tendientes a inundar el país con inmigrantes blancos para anular la influencia de los criollos, negros e indios.Estrada, en cambio, se limitó a observar el fenómeno y comentar el hecho de que muchos inmigrantes no desearan tomar la ciudadanía argentina: por eso propuso la posibilidad de que alguien pudiera tener varias nacionalidades.[92] Sin embargo, Estrada rechazaba la gratuidad de la enseñanza pública que haría a las familias rehenes del Estado y aumentaría los impuestos.Según él, la intervención del Estado en los nexos familiares carece de legitimidad, por este motivo se opuso a la institución del registro civil, al concepto de matrimonio como contrato y a su disolución, el divorcio.[69] Esta idea sigue presente en sectores católicos argentinos, uno de cuyos exponentes es Leonardo Castellani.[93] Acerca de su gratuidad, el autor la considera un engaño,[112] ya que las familias en la realidad sí pagan la educación estatal mediante impuestos, y entonces es imposible llamarla «gratuita».[120] Estrada afirmó que lo mejor sería que las universidades controlen a los colegios secundarios y dicten sus planes de estudio según se considere más conveniente para el ingreso a los claustros académicos; y que tanto universidades como colegios tengan personería jurídica para ser titulares de bienes inmuebles.Además del mencionado Ángel, Santiago, Narciso, Eduardo, Juan Bautista, Enrique y otros dos que murieron muy jóvenes.
Imagen del antiguo edificio del
Colegio Nacional de Buenos Aires
, construido por los jesuitas en el siglo
XVIII
, y en el que José Manuel Estrada se desempeñó como
rector
.
Monumento a José Manuel Estrada, ubicado en la Plaza Lorea del
barrio de Monserrat
, una de las tres plazas que acompañan el
Palacio del Congreso de la Nación Argentina
en la
ciudad de Buenos Aires
. Fue realizado por el escultor Héctor Rocha e inaugurado en el año 1947. En la escultura, colocada sobre una base en altura, se lo representa de pie, sosteniendo un libro en su mano izquierda y con la palma de la mano derecha abierta, en actitud oratoria. En la base del monumento se lee la inscripción:
«José Manuel Estrada
Maestro de maestros
con la palabra y con la pluma,
fue paladín de Cristo y de la libertad».
Sello postal argentino de 1942. Conmemora el centenario del nacimiento de José Manuel Estrada, que tuvo lugar el 13 de julio de 1842.