Inkarri
Se conoce como Inkarri al personaje central de un mito andino posthispánico, surgido en los Andes peruanos.Muchos sacerdotes indígenas buscaban hacer predicciones de la venida de Viracocha, Tunupa, Pachacamac, Catequil, Aposhiri, Kauchi, Kon, Itomi Paba, Tasorentsi, Huari u otros equivalentes al Dios creador en distintas culturas del Antiguo Perú, haciéndose teorías de que el líder mesiánico se encarnaría en un humano santificado que a su vez sería divino (lo cual fue el fundamento de la Religión incaica en creer que el Sapa Inca, monarca ordenador, era un ser divino y avatar del Inti al servicio del Wiracocha para evitar el Pachacuti).Así también, muchos indios ordinarios y plebeyos terminarían percibiendo a los Conquistadores españoles, primero como aquellos dioses, y luego como simples emisarios humanos, que venían a cumplir la voluntad del Reino de los Cielos, como unos enviados para traer el anhelado nuevo orden en medio del caos de este mundo terrenal.[2][3][4][5] Sin embargo, también hubo mucho líderes, caudillos y soberanos andinos (tanto en tiempos pre-incas como en la época incaica) que buscaron emular al Señor de los Báculos , con el objetivo depoder afrontar el transcurso del periodo cataclísmico denominado como Pachacuti, teniendo así la esperanza de que ellos serían el líder mesiánico enviado por Dios (o los Dioses) para evitar el colapso de la civilización anunciado por los oráculos, y con ello reforzar la autoridad de sus Casas Reales y Monarquías frente a los pueblos bajo su jurisdicción.Para mediados del siglo XVIII, se empezaría a intensificar la Hispanofobia en el Ande rural, dado que muchos funcionarios públicos, traídos desde la Península, empezaron a reemplazar o interferir fuertemente en las instituciones locales (debido al deseo Borbón de consolidar el Absolutismo español y Centralizar el imperio con políticas Regalistas para evitar las arbitrariedades y desobediencias de los funcionarios americanos, que veían muy corruptos y con poca madurez política), lo cual generó fuertes sentimientos entre los indios que buscaban erradicar el régimen español, o específicamente, de la hegemonía de los Gachupínes o peninsulares arrogantes de los Corregimientos (que creían eran causantes de la corrupción, peor que los Criollos) mas no necesariamente cortar lazos con el Imperio español, dado que muchas veces esas Protestas y rebeliones del siglo XVIII en el Virreinato del Perú tenían un carácter reaccionario, más reformista que separatista, usando lemas como Viva el rey, muera el mal gobierno, deseando entonces que el Rey de España cumpla su deber de "Inca Católico", encarnador de la justicia, y ponga orden entre sus vasallos.Así, empezaron a surgir distintas formas de predecir al Inkarri, hubo indígenas fidelistas que identificaban al "Inkarri" con un futuro Rey de España más Paternalista, esperando que restaure el buen gobierno que había con los Fueros del Derecho indiano en la Monarquía compuesta, garantes de la autogestión local (muy similar a las demandas del Austracismo o el futuro Carlismo).Entre estos últimos, llegarían a identificar tal inkarri con Juan Santos Atahualpa, José Gabriel Condorcanqui, Túpac Katari o Mateo Pumacahua durante la Gran rebelión de Túpac Amaru II o las Guerras de independencia hispanoamericanas.Posteriormente, el novelista y antropólogo José María Arguedas recogió en Puquio (Lucanas, Ayacucho), otra versión del mito.Hacia 1972 se habían descubierto hasta 15 versiones del mismo mito con distintos grados de variación entre ellas.Según las versiones Puquio (Ayacucho), Inkarri fue martirizado y decapitado por los españoles, quienes enterraron su cabeza en el Cusco.