Historia de la controversia sobre el filioque

En su Oración sobre las Luces Santas (XXXIX), San Gregorio de Nacianzo escribió: "El Espíritu Santo es verdaderamente Espíritu, saliendo (προϊέναι) del Padre ciertamente, pero no a la manera del Hijo, pues no es por Generación sino por Procesión (ἐκπορεύεσθαι)".

[23]​ Aunque los Padres orientales eran conscientes de que en Occidente se enseñaba la procesión del Espíritu Santo desde el Padre y el Hijo, en general no lo consideraban herético:[24]​ "toda una serie de escritores occidentales, incluyendo a papas que son venerados como santos por la Iglesia oriental, confiesan la procesión del Espíritu Santo también desde el Hijo; y es aún más sorprendente que no haya prácticamente ningún desacuerdo con esta teoría.

[60]​ La Iglesia católica romana acepta ambas frases, y considera que no afectan a la realidad de la misma fe y que, en cambio, expresan la misma verdad de formas ligeramente diferentes.

Sin embargo, Siecienski señala que también hay razones para cuestionar el apoyo de Hilario al filioque tal como lo entendería la teología posterior, especialmente dada la naturaleza ambigua del lenguaje (de Hilario) en lo que se refiere a la procesión".

[68]​ Siecienski caracteriza las opiniones de san Jerónimo sobre la procesión del Espíritu Santo como "desafiando la categorización".

Su nombre se incluye a menudo en la florilegía latina como partidario del filioque y Focio incluso se sintió llamado a defender la reputación de Jerónimo contra los que lo invocaban en apoyo de la doctrina.

Sin embargo, debido a que los escritos de Jerónimo contienen escasas referencias a la doctrina e incluso éstas son afirmaciones nada ambiguas de una doble procesión, teólogos ortodoxos como John Meyendorff han argumentado que "difícilmente podría ser considerado un defensor del filioque".

[70]​ Siecienski caracteriza los escritos del Papa León I sobre el tema de la procesión del Espíritu Santo como una espada que corta en ambos sentidos en el sentido de que «sus escritos serían utilizados más tarde tanto por los latinos como por los griegos para apoyar sus respectivas posiciones».

El texto de san Gregorio, en latín, afirmaba claramente el Filioque, pero la traducción de Zacarías al griego utilizaba la frase «permanecer en el Hijo» en lugar de «proceder del Hijo», lo que llevó a los clérigos bizantinos posteriores a afirmar que san Gregorio no apoyaba la doble procesión.

[78]​ Constans respondió haciendo que el Papa Martín fuera secuestrado a Constantinopla, donde fue juzgado y condenado al destierro y murió como resultado de la tortura a la que había sido sometido.

La negativa del Papa a aprobar la interpolación evitó que se suscitara un conflicto entre Oriente y Occidente sobre este asunto.

En 808 u 809 surgió en Jerusalén una controversia entre los monjes griegos de un monasterio y los benedictinos francos de otro: los griegos reprochaban a estos últimos, entre otras cosas, cantar el credo con el Filioque incluido.

[16]​[89]​[90]​[91]​ En respuesta, la teología del Filioque se expresó en el 809 Concilio local de Aquisgrán.

León III "colocó dos escudos de plata en Roma con el credo no interpolado tanto en griego como en latín".

[104]​[105]​ Sin embargo, los teólogos ortodoxos suelen sostener que, en el fondo, la frase era sólo una reafirmación de la enseñanza tradicional.

En Constantinopla se celebraron al menos tres concilios (867, 869-870, 879-880) sobre la deposición de Ignacio por el emperador Miguel III y su sustitución por Focio.

[113]​ Sólo en 1014, a petición del rey alemán Enrique II, que había llegado a Roma para ser coronado Emperador y se sorprendió de la diferente costumbre allí vigente, que el Papa Benedicto VIII, que debía a Enrique su restauración en el trono papal tras la usurpación del antipapa Gregorio VI, hiciera cantar por primera vez en Roma el Credo, con la adición del Filioque.

Además, este sínodo reafirmó la adhesión a las decisiones del Concilio de Nicea I en el año 325.

[123]​[124]​ Esta tesis fue apoyada por los teólogos ortodoxos orientales Sergei Bulgakov, Paul Evdokimov e I. Voronov, pero fue rechazada por Vladimir Lossky.

[123]​ Varios teólogos ortodoxos orientales han vuelto a considerar el Filioque, con vistas a la reconciliación de Oriente y Occidente.Theodore Stylianopoulos proporcionó en 1986 una amplia y erudita visión general del debate contemporáneo.

Los cristianos ortodoxos también objetan que, incluso si se puede defender la enseñanza del Filioque, su interpolación en el Credo es anticanónica.

Ninguna profesión de fe propia de una tradición litúrgica particular puede contradecir esta expresión de la fe enseñada y profesada por la Iglesia indivisa",[114]​ pero considera permisibles las adiciones que dilucidan la enseñanza sin contradecirla en modo alguno,[129]​ y que no pretenden tener, en base a su inserción, la misma autoridad que le corresponde al original.

[123]​ La opinión católica romana de que las expresiones griega y latina de la fe a este respecto no son contradictorias sino complementarias se ha expresado de la siguiente manera: Por esta razón, la Iglesia católica romana ha rechazado que se añada καὶ τοῦ Υἱοῦ a la fórmula ἐκ τοῦ Πατρὸς ἐκπορευόμενον del Credo Niceno en las Iglesias, incluso de rito latino, que lo utilizan en griego con el verbo griego "έκπορεύεσθαι".

A este respecto, el estudio del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos sostiene la monarquía del Padre como "única Causa Trinitaria [aitia] o principio [principium] del Hijo y del Espíritu Santo" Mientras que el Concilio de Florencia propuso la equivalencia de los dos términos "causa" y "principio" y, por tanto, dio a entender que el Hijo es causa (aitia) de la subsistencia del Espíritu Santo, la carta del Consejo Pontificio distingue entre lo que los griegos entienden por "procesión" en el sentido de tomar origen, aplicable sólo al Espíritu Santo en relación con el Padre (ek tou Patros ekporeuomenon), y lo que los latinos entienden por "procesión" como el término más común aplicable tanto al Hijo como al Espíritu (ex Patre Filioque procedit; ek tou Patros kai tou Huiou proion).

"[24]​ Michael Pomazansky y John Romanides[136]​ sostiene que la posición de Máximo no defiende la forma real en que la Iglesia Católica Romana justifica y enseña el Filioque como dogma para toda la iglesia.

Mientras que aceptaba como expresión legítima y complementaria de la misma fe y realidad la enseñanza de que el Espíritu Santo procede del Padre a través del Hijo.

[130]​ Máximo mantuvo estrictamente la enseñanza de la Iglesia oriental de que "el Padre es la única causa del Hijo y del Espíritu"[138]​ y escribió un tratado especial sobre este dogma.

[140]​Cuando la Iglesia Oriental notó por primera vez una distorsión del dogma del Espíritu Santo en Occidente y comenzó a reprochar a los teólogos occidentales por sus innovaciones, San Máximo el Confesor (en el siglo VII), queriendo defender a los occidentales, las justificó precisamente diciendo que con las palabras "del Hijo" pretendían indicar que el Espíritu Santo se da a las criaturas a través del Hijo, que se manifiesta, que es enviado - pero no que el Espíritu Santo tiene su existencia de Él.

Debe expresarse este papel con la ayuda de la preposición δία (a través) del Hijo (εκ Πατρός δι'Υιού), como parecen sugerir San Máximo y otras fuentes patrísticas?"

Zizioulas continúa diciendo que esto "constituye un intento alentador de aclarar los aspectos básicos del problema del 'Filioque' y mostrar que un acercamiento entre Occidente y Oriente sobre este asunto es eventualmente posible".

Primer Concilio de Constantinopla, miniatura en Homilías de Gregorio Nacianceno (879–882), Biblioteca Nacional de Francia
San Máximo el Confesor
Juan VIII Paleólogo
por Benozzo Gozzoli