Honorio I

Hijo de un cónsul honorario llamado Petronio, durante su pontificado tuvo que hacer frente al problema religioso planteado por el monotelismo, que surge cuando el emperador Heraclio reconquista, en 627, las provincias bizantinas de Siria, Palestina y Egipto, que habían caído en manos de los persas entre el 611 y el 618.Surge así el monotelismo, doctrina que es expuesta por el Patriarca de Constantinopla al papa Honorio, el cual en el 634 declaró que la doctrina de la voluntad única no podía calificarse como herética.Con todos los actores, salvo Sofronio, patriarca de Jerusalén, puestos de acuerdo, el emperador Heraclio publica en 638 la Ecthesis o “Exposición de fe” en la que se recogía oficialmente y se sancionaba la nueva doctrina monotelista.En efecto, el Sexto Concilio Ecuménico, celebrado entre los años 680 y 681 en Constantinopla, condenó el monotelismo, y en la condena se incluyó el nombre de Honorio I.[1]​ La condena fue confirmada en los dos siguientes concilios ecuménicos celebrados en Nicea y Constantinopla.