[1] El padre había heredado 270 acres y unos cincuenta siervos, propiedades que se doblaron tras casarse con su segunda esposa, la madre de Plejánov.
[2] Su madre, María Fiódorovna Belýnskaya, era veintitrés años menor que Valentín Petróvich, con el que se casó cuando este contaba con 45 años y siete hijos —Plejánov tuvo once hermanos y era el mayor de los hijos del segundo matrimonio de su padre—.
[4] Inteligente, no destacó, sin embargo, en sus estudios en la academia militar por falta de interés, aunque ya por entonces era un lector voraz.
[5] Se graduó en 1873 y marchó a la capital, San Petersburgo, donde ingresó en la Escuela Militar Konstantínovskoe, ya ateo, pero no aún revolucionario.
[11] Su creciente involucramiento en actividades revolucionarias hizo que se resintiesen sus estudios y, al finalizar su segundo año en el Instituto de Minería,[8] fue expulsado por no asistir a las clases.
[18] Su primera misión tras su vuelta del exilio fue la agitación en el bajo Volga donde estuvo a punto de ser capturado por la policía.
[25] La huelga sirvió a Plejánov para comprobar la ingenuidad de los obreros, que deseaban solucionar sus penurias mediante una apelación al príncipe heredero.
[45] A Plejánov se lo considera el último occidentalizador ruso de la tradición de Belinski, Herzen o Chernyshevski, un intelectual[46] polifacético en su interés por la filosofía occidental, la economía, la historia y, sobre todo, las obras socialistas; estos estudios lo condujeron a adoptar el marxismo.
[60] En 1882 realizó una nueva traducción al ruso del Manifiesto Comunista[57][51] para la que el propio Marx redactó un prólogo —la primera había sido la de Bakunin en 1869—.
[73] Las mismas ideas contenidas en esta obra siguieron más adelante influyendo notablemente en la fracción menchevique y, en menor medida, en la bolchevique, tras la ruptura del partido socialdemócrata en 1903.
[76] Plejánov afirmaba que el capitalismo ya se había instalado en Rusia,[58][77][65] crecía y estaba acabando con la comuna,[78] haciendo imposible basar la transformación socialista en esta institución en decadencia.
[76] El capitalismo debía acabar con la mayoría de la pequeña burguesía de los campesinos propietarios y empujar a la mayoría al proletariado,[81] urbano y agrario, que debía eliminar a su vez el capitalismo que los había creado.
[87][88][89][90] Estos debían guiar los instintos revolucionarios de los trabajadores, fomentados por su experiencia del capitalismo, hacia el socialismo.
[91][83] Su desarrollo y organización en esta etapa debía permitirle convertirse en una clase gobernante,[91] que desplazase más tarde a la burguesía del poder.
[105] Los primeros contactos del Grupo con otros círculos revolucionarios en Rusia fueron escasos y de corta duración, ya que estos fueron sistemáticamente desmantelados por la policía rusa.
[116] Destacadas figuras rusas de la política (Lenin, Yuli Mártov, Piotr Struve), la economía (Mijaíl Tugán-Baranovski), la filosofía (Serguéi Bulgákov) o la literatura (Máximo Gorki) se vieron atraídas por el marxismo.
[119] Plejánov tuvo un destacado papel en la expansión socialdemócrata en Rusia y comenzó a publicar, aunque con diversos seudónimos para evitar la censura zarista.
[131] La controversia con estas corrientes reformistas acentuó la tendencia jacobina en Plejánov y tuvo importantes consecuencias en la evolución del socialismo ruso.
[153] Plejánov abrió y presidió el Segundo congreso del partido,[154] que comenzó en Bruselas en julio de 1903.
[160] En una famosa intervención que acabó lamentando más tarde, afirmó además la preeminencia del interés de la revolución, juzgada por el partido, sobre cualquier principio democrático.
[165] La creciente intransigencia de Lenin hacia sus adversarios,[165] no obstante, desagradaba cada vez más a Plejánov, que deseaba evitar la escisión del partido recién formado.
[178] Plejánov se hallaba gravemente enfermo cuando estalló la Revolución rusa de 1905 y no viajó a Rusia.
[182] Plejánov mantuvo un actitud internacionalista en la Guerra ruso-japonesa, favorable a la revolución y la derrota de la autocracia rusa en el conflicto.
[183] Convertido en una figura respetada del socialismo internacional, era considerado un «monumento vivo» al que numerosos rusos en el extranjero acudían a visitar.
[186] Intermitentemente, Plejánov mostró también tendencias jacobinistas, atribuyendo gran importancia al grupo de escogidos con mayor conciencia marxista.
[206] Con la burguesía rusa opuesta a cualquier veleidad revolucionaria, una posible revolución no podría adecuarse a las premisas de Plejánov de un paso al socialismo en dos etapas con una primera fase burguesa y una toma del poder por los socialistas le parecía la peor posibilidad para la clase obrera.
[207] La posición de Plejánov ante la guerra recabó escaso apoyo en Rusia, lo aisló políticamente y anuló su influencia en el país.
[219] Pocos días después, la publicación fue prohibida por las nuevas autoridades y, tras aparecer con otro nombre un par de números, fue definitivamente suprimida.
[220] Temiendo por su vida tras la campaña de desprestigio en su contra, no reveló su identidad a la partida; días después el nuevo Gobierno (Sovnarkom) promulgó un decreto para protegerlo.
[221] En su funeral, se le pidió a Nicolas Slonimsky que tocara el piano y eligió una marcha fúnebre de Beethoven.