La doctrina economicista otorgaba prioridad a los objetivos económicos (mejora de la situación material del proletariado) sobre los políticos.
[2] Para estos, la lucha política era una mera obsesión de los intelectuales socialistas que no deseaban los trabajadores ni se correspondía con sus verdaderos intereses.
[5] En 1895, círculos marxistas rusos entre los que se encontraban Lenin o Yuli Mártov formaron la Unión para la Lucha por la Emancipación de la Clase Trabajadora, una nueva organización dedicada a la agitación mediante objetivos económicos.
[7] En la segunda mitad de la década las protestas laborales se convirtieron en una importante preocupación para las autoridades rusas.
[6] La notable indiferencia de gran parte del proletariado por la lucha política y la oposición al Gobierno y su preocupación por mejorar su situación económica inmediata hicieron que la mayoría de la intelectualidad socialdemócrata rusa se acercase a las posiciones economicistas.
[10] En el momento en el que el movimiento socialdemócrata ruso parecía haber logrado la unidad, las disputas acerca de la nueva corriente pusieron en peligro esta unidad; sus adversarios la consideraban una peligrosa desviación de la interpretación ortodoxa del marxismo, y la atacaron con dureza.
[4] Plejánov, centrado en la primera fase en su crítica a los revisionistas alemanes, solo comenzó su campaña contra los economicistas en 1899, atacándoles con ferocidad porque consideraba que subestimaban el papel de la intelectualidad en el movimiento socialista.