Uno de ellos en especial, el griego-británico Theodore Stephanides, sería el mentor y amigo del joven Gerald.
Doctor, científico, poeta y filósofo, las ideas de Stephanides, junto con los escritos del naturalista francés Jean Henri Fabre, dejaron una impresión imperecedera en el muchacho.
A causa de lo difícil que resultaba durante la guerra y la posguerra encontrar un empleo, especialmente para un joven sin estudios formalizados, Durrell trabajó como ayudante en un acuario y una tienda de mascotas.
Tras esta primera expedición exitosa, prosiguió durante muchas décadas con esta actividad, durante las cuales se haría famoso como activista del movimiento conservacionista y su trabajo en pro de la preservación de la fauna salvaje.
En el primero de estos viajes, conoció y se hizo amigo del enigmático Achirimbi II, fon (caudillo autocrático) de Bafut región del África Occidental que posteriormente le ayudaría a organizar futuras expediciones.
Finalmente, logró un empleo en el acuario del Zoológico de Belle Vue durante algún tiempo.
Su primer libro (El arca sobrecargada) fue un gran éxito, que le empujaría a seguir escribiendo.
Esta casi acaba en ruina total cuando Gerald y Jacquie se vieron sorprendidos por un golpe de Estado mientras estaban en Paraguay que les obligó a abandonar el país con solo una parte de los animales que habían logrado reunir (la historia del viaje sería posteriormente narrada en su libro La selva borracha).
El libro alcanzó la cima de los más vendidos en el Reino Unido, y los beneficios del mismo sirvieron para financiar la siguiente expedición.
Al mismo tiempo, Durrell estaba cada vez más desilusionado con la forma en que se gestionaban los zoos, y se mostraba cada vez más convencido de que los mismos debían cambiar de objetivo para convertirse principalmente en reservas para especies en peligro.
El zoo fue creciendo en tamaño, así como la cantidad de proyectos emprendidos a lo largo del planeta para preservar la fauna salvaje.
Ese mismo año, la fundación compró Les Augres Manor a su propietario, el Mayor Hugh Fraser, con lo que el zoológico se aseguró una residencia permanente.
Durrell fue también pieza clave en la formación del Grupo especialista en cría en cautividad de la World Conservation Union en 1982.
En 1982, como reconocimiento a su carrera profesional, se le nombró Oficial de la Orden del Imperio Británico.
El lema oficial, Salvando animales de la extinción, se lanzó en 1991, en un momento en que los zoológicos británicos no estaban funcionando demasiado bien, e incluso el Zoológico de Londres corría el peligro del cierre forzoso.
En 1990 la fundación estableció un programa de conservación en Madagascar, siguiendo las líneas del proyecto en Mauricio.
La princesa Ana, patrona del Trust, argumentó tras la muerte de Durrell que su influencia en la concienciación pública sobre temas de conservación era su talento más importante: «Creo que su capacidad para escribir y trasladar su entusiasmo por la vida salvaje a la página impresa para gente que nunca antes se había parado a pensar en ello, fue un talento bastante asombroso para despertar el interés de la gente de una forma que nunca antes se había hecho».
[13][14][15] La experiencia en la cría en cautividad adquirida por el Trust y el zoo fue elogiada por David Attenborough en un discurso en 2009: «Nadie más, nadie más, ha acumulado el tipo de experiencia en cómo criar especies en peligro de extinción y ... cómo exportar esa experiencia a los países donde el animal en peligro de extinción es autóctono».
Para Attenborough, la institución creada por Durrell llegó a ser «mucho más importante de lo que Gerry se imaginaba.
[20][21] En 2010 Durrell's vontsira, una especie carnívora emparentada con la mangosta de cola marrón, del Lago Alaotra, Madagascar, fue bautizada en honor a Gerald Durrell, «escritor inspirador y conservacionista», por Joanna Durbin y otros.
En otros países de habla hispana pueden variar títulos y editoriales.