Enrique IV de Francia

Enrique equilibró pragmáticamente los intereses de los partidos católico y protestante en Francia, así como entre los Estados europeos.

Gobernante activo, Enrique trabajó para regularizar las finanzas del Estado, promover la agricultura, eliminar la corrupción y fomentar la educación.

Sus políticas contribuyeron a la estabilidad y al protagonismo de Francia en los asuntos europeos.

Se le atribuye la frase «Un pollo en las ollas de todos los campesinos, todos los domingos», que simplifica perfectamente su política de hacer feliz a su pueblo, no solo con poder y conquistas, sino también con paz y prosperidad.

Le fue dedicada la marcha «Vive Henri IV» («Viva Enrique IV»), que llegó a ser el himno de facto del reino y el de iure durante la Restauración, y es conocida aún hoy día por los franceses.

Combatió en el bando hugonote (protestante) durante la tercera guerra de religión francesa.

La guerra terminó con la paz de Saint-Germain (1570), con la que se pretendía alcanzar la reconciliación entre los dos bandos católico y hugonote.

Los asesinatos se extendieron a todos los protestantes y múltiples ciudades de Francia durante varios meses.

La clemencia del rey le ahorró la pena de muerte, pero permaneció detenido en el tribunal.

En ese período, Francia vivió un importante avance económico que se extendió más allá de sus fronteras.

Enrique IV fue un hombre compasivo y amado por su pueblo, pero también fue odiado por aquellos que se oponían a su política religiosa.

Salió en su carruaje, atravesó una calle pequeña, en la cual había dos carretas que le impedían el paso; de una de las carretas salió el asesino, que le asestó dos puñaladas mortales.

Cuatro años después de su muerte se erigió una estatua en su honor en París; durante la Revolución Francesa fue destruida, pero fue la primera en ser reconstruida en 1818.

[8]​ No se supo del paradero de la cabeza hasta 1919, cuando Joseph-Émile Bourdais la adquirió por 3 francos en una subasta.

Bourdais aseguraba a todo el mundo que la reliquia era realmente la cabeza momificada de Enrique IV, pero nadie le creyó, ni tan siquiera el Museo del Louvre, que la rechazó.

Bourdais murió, y su hermana custodió la reliquia hasta que se la vendió por 5000 francos a Jacques Bellanger, quien la mantuvo oculta en su casa.

[8]​ Esta autenticación, sin embargo, fue impugnada por numerosos expertos, tanto historiadores como genetistas y antropólogos.

[9]​ En 2013, un artículo científico publicado en el European Journal of Human Genetics, co-firmado por los genetistas Maarten Larmuseau y Jean-Jacques Cassiman de la Universidad Católica de Lovaina, así como por el historiador Philippe Delorme, quiso demostrar que esta «reliquia» no es auténtica.

No fue nunca feliz y se separaron antes de su ascenso al trono, en 1589, sin haber tenido hijos.

Enrique y Margarita de Valois, Reyes de Navarra.
Masacre de la noche de San Bartolomé.
Enrique IV de Francia y Navarra.
Nupcias de María de Médici con Enrique IV de Francia , en 1600, Jacopo Chimenti ).
Entrada triunfal de Enrique IV en París , por Rubens .
Enrique IV con Maria de Médicis.
Enrique IV, Fundador de la dinastía borbónica en Francia.
El asesinato de Enrique IV según pintura de Gustave Charles Housez.
Estatua de Enrique IV en el Pont Neuf , París.