Niní Marshall

Sus siguientes actuaciones fueron en comedias de bajo presupuesto que le ofrecieron un lucimiento limitado y tuvieron una mala recepción.

[11]​ A los cuatro años, Marina fue inscrita en la Escuela Juan José Paso, donde demostró su interés por la actuación,[12]​ y un año más tarde hizo su primera presentación en el Centro Asturiano de Buenos Aires.

[32]​ La caracterización fue creciendo en popularidad a tal punto que Roberto Llauró, un industrial destacado, la convocó para promocionar su marca de jabones en Radio Mitre.

[33]​ Los comienzos de la emisora en 1935 no tuvieron demasiada trascendencia, motivo por el cual Marshall propuso hacer un programa cómico basado en guiones propios.

[34]​ En 1936, conoció a Marcelo Salcedo, un contador paraguayo de una empresa yerbatera con el que se casó poco tiempo después[18]​ y diseñó su nombre artístico definitivo.

[42]​ El argumento, en el cual Marshall colaboró, señala que para apartarse de su novia presumida un muchacho se casa con una manicura conviniendo divorciarse meses después.

[47]​ La trilogía se completó con Luna de miel en Río, donde actuó junto a Tito Lusiardo y Juan Carlos Thorry.

La actriz intervino en el armado de los diálogos junto a Luis Bayón Herrera y su actuación estuvo acompañada por Augusto Codecá.

Sus presentaciones en ese país fueron tan populares que la demanda de entradas superó las expectativas y permanecieron toda la semana a sala llena.

Arturo Rawson ocupó el cargo hasta su renuncia tres días más tarde, momento en que fue reemplazado por el coronel Pedro Pablo Ramírez.

El filme permaneció diez semanas en cartel en Calle Corrientes y muchos autores coinciden en calificarla como la «película cumbre» de Amadori.

[82]​ En Una mujer sin cabeza, dirigida nuevamente por Amadori, las buenas críticas no lograron que su permanencia en las salas se extendiera por más de dos semanas.

Los actores realizaron tres funciones diarias con dos espectáculos distintos y recibieron críticas positivas, especialmente Marshall, que buscaba consolidarse en el mundo del teatro.

Tras la Revolución Libertadora, las prohibiciones se volvieron a reiterar, esta vez con los artistas vinculados al peronismo, entre los que destacaban Fanny Navarro.

[22]​ Su primer trabajo mexicano luego de su exilio fue junto a Joaquín Pardavé en Una gallega baila mambo, nunca estrenada oficialmente en Argentina.

[102]​ En 1953, Marshall intervino en Reportaje, una película en donde actuó junto a Jorge Negrete, María Félix, Arturo de Córdova, Dolores del Río y Pedro Infante, elenco que participó sin recibir remuneración alguna.

La película fue estrenada de manera inadvertida en Argentina en 1956 y Marshall, al igual que otros actores, no fueron incluidos en el armado final ni en los créditos.

[102]​ A lo largo de su estadía en ese país, Marshall diseñó dos nuevos personajes, Bárbara Mac Adam, una turista mexicana que gusta vestirse con todas las prendas típicas, y Lupe, una pueblerina maltratada por su marido.

[106]​ En cambio, optó por realizar una función radiofónica para Radio Belgrano en la sala del Consejo Nacional de Mujeres[107]​ y filmar una coproducción cubano-mexicana, Una gallega en La Habana (1955), dirigida por René Cardona.

El proyecto le generó entusiasmo pero la obra se ubicó en el séptimo lugar entre los espectáculos más vistos y progresivamente descendió hasta el décimo primero.

[127]​ En 1975, recibió un premio Martín Fierro a título de homenaje junto con otras figuras del espectáculo como Libertad Lamarque, Tita Merello y Mirtha Legrand.

[129]​ Luego, fue convocada para una breve temporada de Una noche en la radio que, gracias a su éxito, fue extendida y presentada en Mar del Plata.

[130]​ En 1980, tras haber rechazado el papel central de La nona, filmó su última película, ¡Qué linda es mi familia!, junto a Palito Ortega y Luis Sandrini.

Mientras se tomaban fotografías el último día de rodaje, Sandrini sufrió un colapso vascular, fue internado y falleció once días después.

[131]​ La película inicialmente iba a llamarse La familia está de fiesta pero los productores optaron por modificar el título ante el deceso del actor.

Marilú Marini fue la encargada de recrear sus personajes y la obra recibió el Premio Molière a la mejor comedia musical.

Marshall asistió entre lágrimas al estreno en el Teatro Lola Membrives de Buenos Aires, donde fue ovacionada y se le dedicó la función.

[106]​ Cuando el público más joven se acercaba a saludarla y reía con sus personajes, solía decir: «Hay una cuarta generación que me aguanta».

El mismo periódico realizó otra similar en 2005 y ahí obtuvo el segundo puesto en la sección del «mejor cómico de toda la historia argentina» con un 10.3 %, solamente precedida por Alberto Olmedo.

[18]​ Un pasaje junto al Teatro Candilejas en Villa Carlos Paz y un anfiteatro de la Costanera Sur también fueron designados con su nombre.

Niní Marshall en su niñez, cerca de 1904.
La vivienda de la calle Defensa 219, en la que vivió Marshall durante su infancia. Actualmente es sede del Museo de la Ciudad.
Niní Marshall caracterizada como Cándida.
Sabina Olmos y Niní Marshall en Mujeres que trabajan (1938).
Marshall junto a las gemelas Mirtha y Silvia Legrand en Hay que educar a Niní (1940).
Niní Marshall y Francisco Charmiello en Mosquita muerta (1946).
Niní Marshall y Antonio Carrizo en Radio El Mundo , años de 1950.
Juan Duarte , secretario del presidente Perón.
Niní Marshall a principios de los años de 1960.
Enrique Pinti , Karen Mails , Niní Marshall y Jorge Luz en El pequeño Marshall-Luz ilustrado (1976).
Luis Sandrini y Niní Marshall en ¡Qué linda es mi familia! (1980), la última película de ambos.
Teatro Niní Marshall.
Sombrero perteneciente a los vestuarios de Marshall en el Museo del Cine.