Este estilo fue desarrollado por los cristianos hispánicos que vivieron bajo dominio musulmán, así como en los territorios de expansión de la Corona leonesa, en el período que abarca desde la invasión musulmana en el año 711 hasta finales del siglo XI.
[2] El arte mozárabe fusiona dos tradiciones, una septentrional cristiana y otra meridional musulmana, que, a pesar de sus diferencias, compartían una raíz clásica mediterránea.
Este arte se destaca por su gran variedad formal, siendo un estilo promiscuo y original en el contexto del prerrománico europeo.
Este singular enclave, excavado en la roca, formó parte de un complejo defensivo y religioso durante la rebelión liderada por Omar ibn Hafsún, un líder convertido al cristianismo que desafió al emirato de Córdoba en el siglo IX.
Las características de la pintura mozárabe incluyen colores vivos y llamativos, particularmente el amarillo intenso, figuras con un estilo a veces bárbaro e infantil, elementos caligráficos, animales fantásticos, letras ornamentales hechas con figuras humanas, motivos arquitectónicos de arcos en herradura y entrelazados caprichosos.
Este estilo evolucionó desde un inicial influjo bizantino-merovingio hacia un carácter islámico-carolingio, incorporando elementos de la escuela carolingia y arabescos islámicos.
La escultura del arte mozárabe se caracteriza por su naturaleza plana, generalmente esculpida en bisel, siguiendo las técnicas empleadas en períodos anteriores.
Estos modillones exhiben motivos decorativos, generalmente compuestos por dibujos geométricos inscritos en lóbulos, contribuyendo así a la singularidad estilística de la escultura mozárabe.
Un ejemplo destacado es un aguamanil en forma de pavo, fechado en el año 972, que se conserva en el Museo del Louvre.
Esta pieza contiene una inscripción bilingüe en árabe y latín, donde se menciona al artesano Abd al-Malik al-Nasrani, identificado como un cristiano que trabajaba en el contexto cultural islámico de Medina Alzahira durante el califato de Al-Hakam II.
Aunque la denominación tuvo gran aceptación, la historiografía moderna ha cuestionado el término «mozárabe», proponiendo alternativas como «arte de repoblación» o arte leonés, generando controversias académicas en torno a la designación más adecuada para este periodo.
A pesar de estos debates, el término «arte mozárabe» sigue siendo el más utilizado en la academia y la divulgación cultural.