El adjetivo "mozárabe", a pesar de su frecuente uso para calificar el rito medieval hispánico y su famoso antifonario, no es el más adecuado para referir ambos conceptos, ya que esta liturgia fue practicada desde tiempos visigóticos en la península ibérica, y, una vez que algunos territorios hispanos estuvieron dominados por los árabes, se siguió practicando, no solo por los mozárabes, sino también por los cristianos de ciertos reinos que no estuvieron ocupados.
Sin embargo, ciertos autores lo datan como del siglo X sobre la base de sus rasgos paleográficos.
[1] También sustentan tal datación la identificación de los personajes Totmundo e Ikila (mencionados en los prólogos y retratados en el f. 1v), así como del obispo San Froilán, mencionado en caracteres criptográficos (cifra notarial visigótica) en los márgenes de los folios 128v y 149r.
El libro contiene las piezas musicales que se cantaban en los oficios litúrgicos de todo el año.
Los neumas hispánicos no se disponen sobre líneas de referencia (como tetragramas o pentagramas), sino "a campo aperto".