El arte ostrogodo en Rávena (Baptisterio arriano, Iglesia palatina, Palacio y Mausoleo de Teodorico el Grande) incluyó edificios ricamente decorados con mosaicos.
El arte germánico se preocupó mucho por movimientos constructores y evolucionarios a diferencia de la cultura latina, por ejemplo.
La arquitectura militar consistía en vallados de madera con barro, con paredes circulares y fosos; aunque también se siguieron realizando fortalezas similares al burgus cuadrangular romano.
Lo testimonian los "tesoros" votivos o depositados en tumbas (Sutton Hoo en Inglaterra, Guarrazar en España, Pietroasele[9] en Rumanía -el estudio sistemático de las piezas halladas en los túmulos daneses llevó a Christian Jürgensen Thomsen a definir la teoría de las tres edades-).
Esta periodización fue propuesta por Bernhard Salin en una obra de 1904, que sigue suscitando un considerable debate.
La llegada de monjes irlandeses a Europa continental, patrocinada por los papas y monarcas, expandió el estilo por los scriptoria.
Más aún, la propia difusión del arte renacentista italiano al norte de los Alpes se identifica historiográficamente con una particular etiqueta (Renacimiento nórdico) que significativamente no se aplica al Renacimiento español.