Dos figuras que se las supone antagónicas, pero dos conceptos inherentes a la vida e imprescindibles en toda creación dramática.La dicotomía apolíneo y dionisíaco ha influido en pensadores y agentes de la cultura posteriores: Sigmund Freud, Carl Jung, Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, Thomas Mann, Hermann Hesse entre otros; estando, implícitamente, presente en gran parte de la obra del propio Nietzsche.Si bien el término «lo dionisíaco» (das Dionysische) fue empleado como sustantivo por primera vez en la literatura por el escritor y dramaturgo Julius L. Klein, el adjetivo "dionisíaco" (dionysisch) aplicado a la literatura, las artes y la religión de la Antigüedad —y utilizado según un esquema binario o dicotómico junto con el adjetivo "apolíneo"— ya venía siendo utilizado por diversos autores del Romanticismo alemán.[1] El propio Creuzer, a principios del siglo XIX, propuso un posible origen oriental de lo apolíneo y lo dionisíaco.[2] Dicha integración habría tenido una significación terapéutica a partir del siglo VIII a. C., según E. R. Dodds.Este cambio —y el individualismo que trajo consigo— generó una serie de problemas psíquicos en la población, pero la confluencia del culto dionisíaco y la mántica apolínea habría contribuido a aliviar dicha ansiedad.
Nietzsche, Friedrich: El nacimiento de la tragedia a partir del espíritu de Musk. Leipzig: EW Fritzsch 1872, 143 páginas. Portada de la primera impresión (Wilpert/Gühring² 1).