Muchas son las teorías acerca del origen de la minúscula carolingia y ninguna es definitiva.
La pluma era inclinada entre 35° y 45° y al momento del trazado la misma se levantaba del soporte de escritura conllevando a que las letras se ejecutasen mediante más de un movimiento, como por ejemplo dos en la "a", "i", "o", "c" etc., tres en la "b", "d", "k", "n" o "p", y cuatro en letras más elaboradas como la "f ", "m", "p" o "g".
Las astas ascendentes usualmente se hacen más densas hacia arriba En un principio esta escritura, durante el reinado de Carlomagno a finales del siglo VIII d. C. y principios del IX d. C., continuaba variando extensamente entre una región y otra.
La minúscula carolina o carolingia comenzó a declinar lentamente después del siglo IX d. C..
En esta época se construyeron múltiples monasterios e iglesias, por lo que aumentó la producción de manuscritos.
La minúscula alemana tiende a tener forma ovalada, muy delgada, e inclinada hacia la derecha.
Esta tiene características unciales también, tales como los astas ascendientes de la letra d inclinados a la izquierda.
Aunque la minúscula carolingia fue reemplazada por las letras góticas, en los siglos XVI y XVII, los humanistas italianos comenzaron a reemplazar las letras góticas por los caracteres redescubiertos en inscripciones romanas, combinando las capitales romanas con las minúsculas carolingias, dando lugar a un doble alfabeto que funciona desde entonces[2].