Generalmente, con ese nombre se hace referencia a escritos realizados por la mano de escritores importantes en cualquier campo del saber.
[2] Los manuscritos más antiguos y auténticos de autores clásicos se hicieron sobre el papiro.
Este material no era resistente para soportar el paso del tiempo y han desaparecido casi todas las obras escritas en esta materia.
[3] Por la inconsistencia y la escasez del papiro, se inventó el pergamino en Pérgamo durante los tiempos de Ptolomeo II.
Gracias a los materiales con los que se fabricaba este instrumento (piel de cordero, vaca o cabra), era más resistente y, en vez de enrollarlo en tiras, se podía plegar en códices, similar a los libros que tenemos hoy en día.
A mediados del siglo siglo XV el invento de la imprenta por Johannes Gutenberg hizo que los manuscritos no fueran la única forma de documento escrito, distinguiéndose desde entonces entre documentos y libros manuscritos e impresos.
El término manuscrito acabó designando también los testimonios autógrafos de autores importantes o famosos.
Durante la Edad Media, se escribieron muchos libros sobre pergaminos arrancados de antiguos manuscritos y rascados.