Descubierto entre los restos de una momia en la tumba de Assasif, en Luxor, por Edwin Smith en 1862, fue comprado a continuación por el egiptólogo alemán Georg Ebers, al que debe su nombre y su traducción.
El papiro también incluye varios remedios obtenidos de insectos y arañas.
Los egipcios describieron el corazón como el punto de reunión de numerosos vasos, los cuales, se creía en ese entonces; transportaban los distintos fluidos como la sangre, lágrimas, orina y el esperma.
También tiene un capítulo para los desórdenes mentales, en el que se recoge trastornos tales como la depresión y la demencia.
Contiene además algunos capítulos con métodos de contracepción, métodos para el diagnóstico de embarazo, así como otros trastornos ginecológicos, dermatológicos (manchas, eczemas, acné...), enfermedades gastrointestinales, parasitarias, urológicas, además de la observación médica realizada sobre ambos aparatos sexuales; también se detallan algunas enfermedades oftalmológicas y cutáneas, odontológicas, tratamientos quirúrgicos de los abscesos y tumores, trastornos óseos y para las quemaduras.