[2] Fue diputado en las Cortes de la Segunda República y tras la guerra civil española (1936-1939) formó parte del gobierno republicano en el exilio.[3][4] Ocupando estas responsabilidades defendió un proyecto del estatuto de autonomía para Galicia, bajo una propuesta federal y plurinacional de España en la que se reconociese como naciones a Galicia, País Vasco y Cataluña.En 1909 recibe la medalla de oro por su tríptico Unha festa na aldea en la Exposición Regional Gallega celebrada en Santiago.Durante esta época colaboró en múltiples publicaciones periódicas, como El Liberal, El Gran Bufón, La Ilustración Gallega y Asturiana, Mi Tierra, Suevia, La Voz de Galicia de Buenos Aires, lo que ayudó a popularizar sus caricaturas.[9] Un desprendimiento de retina lo deja ciego en 1914; se recupera tras una operación pero la vista será un gran problema hasta su muerte.[23] En 1931 resultó elegido diputado como galleguista independiente para las Cortes Constituyentes de la Segunda República y participó en la constitución del Partido Galeguista.[30] En este periodo, y de manera paralela a su actividad política, continúa con su obra artística.En el exilio Castelao rememoró así a su amada Pontevedra:[34] Fue ministro sin cartera del gobierno republicano en el exilio presidido por José Giral (1946-1947), estableciéndose en París, ciudad donde vivió hasta agosto de 1947.La noticia de su muerte se dará en páginas interiores y a una columna.Se elogiarán únicamente del fallecido sus características de humorista, literato y caricaturista.Su visión literaria intenta desmitificar los tópicos costumbristas con un humorismo sarcástico y, de vez en cuando, esperpéntico.Solo escribió una obra de teatro, titulada Os vellos non deben de namorarse (Los viejos no deben enamorarse), comedia que cuenta los amores tardíos de tres viejos con tres chicas jóvenes, y que incorporaba tendencias renovadoras del teatro europeo junto con la tradición popular gallega.Al mismo tiempo fue una guía para su obra su viaje por América o influencias más orientales debido a su conocimiento de las estampas japonesas.[43] Sin embargo, también se aprecia una gran admiración por las tendencias costumbristas, experimentando tanto con alusiones modernistas como con otras más goyescas y folclóricas combinando la palabra y el dibujo, es decir, los elementos tanto gráficos como lingüísticos en un proceso de arte simbiótico.[44] Sus dibujos, complementados con textos agudos, nos muestran la Galicia agraria y el caciquismo.[45] La tinta negra sobre el papel es una de las más recurrentes tal y como se puede apreciar en ejemplos como Alba de Gloria con trazos lineales muy finos que contrastan con otros como la técnica de la aguada en las láminas del Album Nós, en las cuales se consigue diferentes sombrados entre los claros y los oscuros con un mismo tono.Este periodo daría comienzo gracias a la publicación Vida Gallega en la ciudad de Vigo en 1909 donde, precisamente, el propio Castelao colaboraría como caricaturista.Sin embargo, tras esta áurea etapa artística le seguirían las denominadas como décadas oscuras en las que se suspendió este flujo creativo que se había organizado como una escuela artística con el estallido de la Guerra Civil.Habría que esperar a la década de los setenta para resurgir una nueva corriente.[47] A su vez, dentro de esta primera etapa del humor gráfico gallego, se podría concretar en diferentes periodos su producción personal.[48] Sin embargo, otros autores prefieren categorizar sus dibujos siguiendo la preponderancia de los temas a tratar.[49] Su obra, como se ha señalado, es un compendio heterogéneo de composiciones a través de la participación activa en múltiples diarios y proyectos tales como A Nosa Terra, El Liberal o El Sol, entre otros.En estas líneas discursivas se volcaron tanto sus experiencias personales como su compromiso con la causa política.Parece que eu non son amigo de rir, e trabucado estará quen tal pense.Esto se puede apreciar en el recurso de la retranca en Cousas da vida.Nos muestra los avances que se realizaron gracias al esfuerzo e implicación personal enorme de estos docentes para asentar las bases de la educación pública, tal y como hoy la conocemos, con una transformación con ideas pedagógicas renovadoras que se vio truncada con la explosión de la Guerra Civil.Antonio Pérez Prado y elaboró el libreto con frases tomadas de libros, discursos, artículos, cartas particulares, diarios íntimos que tradujo del gallego.Visualmente se usaron para el filme centenares de dibujos, materiales de libros, documentos cedidos por la colectividad, noticieros y una vieja película que muestra a Castelao en Buenos Aires en sus últimos diez años de vida, que se agrega al final, cuando ya el personaje se ha vuelto entrañable.