Los objetivos del agrarismo consistían fundamentalmente en la lucha contra el sistema foral y contra el caciquismo además de promover la renovación técnica del sector agrario gallego.
Entre 1912 y 1913 la expansión del agrarismo va acompañada de cambios en sus corrientes internas.
Creció mucho gracias a la acción de párrocos y propagandistas.
El agrarismo laico insistía en la desaparición del foro, organizaba boicots al pago de rentas e impuestos, era más permeable a la influencia de republicanos y galleguistas y apoyaba los esfuerzos por democratizar el sistema.
[1] Durante la República se diversificó ideológicamente el movimiento desapareciendo al estallar la guerra civil española.