Consiste en un acto por el cual se hace constar nuestro asentimiento intelectual y compromiso social respecto a una creencia expresando lingüísticamente un enunciado; considerando y declarando válida con plena conciencia su verdad cuando dicha manifestación se apoya en la evidencia y la certeza de un conocimiento sin que exista la duda.
Dicha atribución ofrecía dos posibles formas cualitativas: Unión del sujeto con el predicado (juicio afirmativo) o separación del sujeto y el predicado (juicio negativo).
Lingüísticamente se oculta dicho problema negando el verbo en lugar del predicado.
Parece pues que debemos considerar el asentimiento como una condición previa a la afirmación.
Entendemos entonces que el asentimiento es la aceptación de una creencia como verdadera.
Pero Santo Tomás distingue el asentimiento como "acto intelectivo" y el asentimiento como "acto de la voluntad" respecto al querer, al que se le debe llamar "consentimiento".
La verdad hace referencia a la relación del conocimiento con lo real entendido como algo "distinto" de la mente o conciencia; lo real es un objeto del que pretendemos decir algo conocido como "lo que es en realidad".
En general, sin embargo, la gramática del lenguaje nos puede jugar una mala pasada.
Si no somos críticos pensamos ingenuamente que el sujeto del enunciado es lo real.
Esto nos obliga a precisar los modos de conocer y expresar las afirmaciones.
El proceso de conocimiento es realmente complicado y desconocemos tanto del mismo cuanto sabemos.
Pero hay formas de afirmación del conocimiento que no siguen dicha estructura.
Si, culturalmente, tengo un símbolo o término lingüístico, como una palabra que puede ser un sonido o una grafía para designar esa realidad, puedo utilizar dicho símbolo para referirme a esa realidad que tengo percibida en mi mente y expresar lingüísticamente esa referencia para comunicarla a otra persona.
Afirmo toda la realidad de ese fuego que está ahí.
Y si lo pronuncio mediante el lenguaje es algo accesorio respecto a mi afirmación.
Probablemente esta aprehensión en un animal puede suponer no solo una huida sino un gruñido, un salto, etc. que comunica a los demás del grupo lo suficiente para "actuar adecuadamente".
[22] Ni siquiera afirmo un contenido de verdad, sino mi posición ante ese hecho.
De esta forma es como tenemos aprehendidas muchas de nuestras creencias como prejuicios mediante las cuales interpretamos inconscientemente las realidades aprehendidas, considerándolas como tales "en realidad", antes de que la experiencia nos pueda ofrecer tal vez información complementaria que pudiera confirmar o negar su aplicación correcta al caso concreto.
Es la afirmación que amplía el conocimiento estableciendo la conexión de un predicado B, con un objeto "aprehendido como real" que toma la forma de sujeto gramatical A al enunciarse como tal afirmación.
Dicha conexión se expresa lingüísticamente, mediante la cópula del verbo ser.
Esta conexión en tanto que conceptos independientes, solo es afirmable por medio de la experiencia.
Santo Tomás distinguía entre “asentimiento ante una evidencia en sí” y “asentimiento de una proposición cuya evidencia radica en su conexión con otra u otras proposiciones”, y el cardenal Newman hablaba de la afirmación nocional.
En ambos casos nos estamos refiriendo a lo que Leibniz llamaba “verdades de razón”.
No aportan, pues, conocimiento nuevo a lo ya contenido en el propio concepto del sujeto de la oración.
Tal es la visión de la dialéctica platónica o la filosofía tradicional cristiana.
Se interpreta entonces como una clase o conjunto lógico, independiente de cualquier realidad.
Construimos así un sistema lógico-formal, un cálculo, independiente de la realidad, que nos permite, mediante definiciones y reglas, perfectamente delimitadas, construir un sistema lógico-matemático que garantiza el rechazo de cualquier contradicción.
Las afirmaciones basadas en el sistema como tal, o bien en los modelos teóricos que resulten de sustituir las variables del sistema por contenidos de experiencia no ambiguos, argumentos, resultarán siempre verdaderas, es decir tautológicas.
Los modos de afirmación son consecuencia de los modos en que podemos afirmar el conocimiento y su correspondencia con la ignorancia respecto al grado validez en que lo consideramos como verdadero.
Por el contrario consideraremos el conocimiento acabado y completo cuando podemos afirmar sin sombra de duda, “esto es…..” en la determinación correspondiente al grado de conocimiento que la situación demande.