Certeza y opinión

Un alto grado de certeza, comporta una conciencia sobre ciertos hechos que se admiten sin sombra de duda, con alta confianza en que lo sabido sobre tales hechos sería verdadero y válido.La certeza respecto a una verdad no basada en el conocimiento (creencias basadas en la tradición, en la religión, ideologías etc.), debe considerarse como pertenecientes a otra esfera independiente del conocimiento y comprendida en un concepto diferente: la fe, la confianza, la seguridad en el reconocimiento social, etc. A partir de tales creencias tenidas como verdades se deducen formalmente, como argumentos, consecuencias que se consideran verdades cognoscitivas indudables como explicaciones.[4]​ Las creencias como certezas no cognoscitivas tienen un valor importante en la vida humana, porque son un fundamento para la cohesión social; su utilidad social es producto de una "tradición" que se aprende por "culturación" y no son discutibles, ni están sometidas a método alguno de control crítico.Pero no pueden ser consideradas en el mismo plano y con el mismo contenido de verdad que las verdades de la ciencia, al estar éstas sometidas a criterios bien definidos y consensuados por la Comunidad científica.Dos modos extremos de concebir el conocimiento: Para el objetivismo la opinión es fruto de un conocimiento imperfecto, por tanto un defecto, una carencia, y se supera mediante el esfuerzo para llegar a la ciencia en la que se manifiesta el conocimiento de la Verdad con mayúscula, como tal, necesaria, que se muestra en la descripción del mundo mediante leyes generales necesarias.[11]​ El objeto de conocimiento de la experiencia sensible cambia; es subjetivo depende del sujeto que lo experimenta; condicionado al aquí y ahora, a las condiciones del espacio y del tiempo; es individual, sólo sirve para el objeto conocido concreto; y sólo es verdadero en un momento dado, pero al siguiente puede no serlo.El resultado es un conocimiento cuya verdad es probable y no segura; por eso solo puede fundar la creencia o la opinión.Es decir expresan verdades no condicionadas sino que responden a la realidad tal cual.Pero al mismo tiempo certeza por ser objeto de la Fe religiosa que excluye un conocimiento probable.[17]​ En la Baja Edad Media y el Renacimiento[18]​ se plantean nuevos modos de pensar.[22]​ En Lógica empírica puede verse cómo pudo desarrollarse este planteamiento en el crecimiento de la nueva ciencia moderna.Tal es el planteamiento racionalista, frontalmente combatido por los empiristas que, al no aceptar las ideas innatas como principios, tampoco pueden aceptar la validez del conocimiento evidente fuera de las relaciones lógico-formales, o relación de ideas como ellos las llamaron.No es posible alcanzar la objetividad del conocimiento más allá de la experiencia subjetiva.[23]​ Es una nueva forma de entender el conocimiento que intenta unificar el racionalismo y el empirismo mediante el pensamiento crítico.Dichas condiciones siendo subjetivas, son comunes a toda la especie humana, por lo que el conocimiento se refiere a un objeto como fenómeno determinado por esas condiciones universales y necesarias para el hombre; pero no sería así, sino de otra forma, para otro ser que tuviera otras condiciones sensibles u otras categorías conceptuales.Pero si bien con esto se salva la condición del conocimiento científico como válido y por tanto con certeza, por otro lado la ciencia queda limitada al conocimiento dentro de dichas condiciones subjetivas, es decir a lo fenoménico.Bien pronto la misma ciencia demostró las condiciones subjetivas del conocimiento con respecto a la sensibilidad, aunque ya desde antiguo se sabía que las percepciones sensibles no eran objetivas y era un fuerte argumento empirista.[32]​ En lo referente al progreso del conocimiento científico se impuso durante el siglo XIX y comienzos del XX el Positivismo entendido como una "vuelta a las cosas", mostrando que, con su alianza con la técnica, alcanzaba el dominio de la Naturaleza y la organización social.La ciencia ofrece un conocimiento con un indudable valor de verdad objetiva, validez epistemológica, que no quiere decir absoluta; y es la expresión del conocimiento humano mejor fundada y justificada; pero la ciencia hoy día también es consciente del ámbito de conocimiento propio al que puede aspirar que no permite llegar a realizar el grado del "saber" perfecto y completo.La financiación de la investigación científica acaba plegada a los intereses del poder económico o político.Quizás por esto se está produciendo en los últimos años en determinadas sociedades y ámbitos culturales determinados una reacción en busca de certezas fundamentalistas con un grave peligro de intolerancia social hacia los no-creyentes o diferentes.El problema es poder discernir cuándo nos encontramos con las opiniones genuinas de la ciencia, lo que obliga al ciudadano a formarse unos criterios para entender el “juego científico”, o la formalidad del lenguaje adecuado al contenido que se trata.Lo que hoy se estudia como lógica doxástica o ejercicio de virtudes epistémicas.Cuando generamos una opinión sin certeza y sin tener bien claros los temas de los que queremos dar nuestra opinión, entramos en un gran dilema ya que no se tiene un conocimiento sobre tal.Pero cuando logramos aceptar nuestra poca capacidad de entendimiento hacemos por investigar y aprenderlo.Por lo tanto si queremos hacer una opinión y tener la certeza de su veracidad, debemos hacer una investigación previa (donde podamos basar nuestros argumentos), si bien se mencionó anteriormente las dudas nos pueden ayudar para tener mayor conocimiento, siempre y cuando las cuestiones sean planteadas antes de afirmar o negar algo con seguridad.Una buena recomendación sería que, si nos encontramos con baja certeza o criterio sobre algún tema, dudemos y tengamos la curiosidad de investigar aquello que desconocemos para así tener una amplia perspectiva sobre el tema en cuestión.