El Index librorum prohibitorum (en español, Índice de libros prohibidos) fue una lista de aquellas publicaciones que la Iglesia católica catalogó como heréticas, inmorales o perniciosas para la fe y que los católicos no estaban autorizados a leer.Así en 1523 Carlos V prohibió la difusión de las obras de Martin Lutero en todos sus dominios, incluida la Monarquía Hispánica y el Imperio Germánico, lo que sería ratificado al año siguiente para todo el orbe católico por el papa Clemente VII.Otras congregaciones, como el Santo Oficio, pasaban a la anterior sus propias correcciones, para que las incorporara.La trigésima segunda edición, de 1948, última publicada, contenía aproximadamente 4.000 títulos censurados por varias razones: herejía, deficiencia moral, sexualidad, ideas políticas, entre otras.La lista incluía junto a una parte de la lista histórica, buena parte de los novelistas del siglo XIX, como Zola o Balzac, cuyas obras estaban prohibidas al completo, o Victor Hugo, del que la obra Los miserables no fue retirada hasta 1959.[6] Los efectos de este índice se sintieron por todos lados, más allá del mundo católico.Al mismo tiempo, se declara que ya no tiene la fuerza del Derecho Canónico para forzar con penas como la excomunión o la prohibición.Posteriormente, no quedaba más que publicarlo, para este fin, el edicto se imprimía en formato muy grande que sería difundido por todas partes, pegándolo en las puertas de las iglesias de ciudades principales, villas y pueblos.La pena para quien violara esta ley era la excomunión latae sententiae[10] Para saber que un libro estaba prohibido, en Nueva España era más común seguir los documentos emitidos por España (tanto el Index como los edictos), pero conforme fue pasando el tiempo y la sociedad se adaptó a su propio contexto, la inquisición novohispana poco a poco se vio en la necesidad de emitir sus propios documentos de acuerdo con sus necesidades, sobre todo cuando se comenzaron a gestar las ideas revolucionarias de independencia.[13] Todas estas ideas revolucionarias nacieron en Francia con la Ilustración, para que llegaran al Nuevo Mundo, era necesaria su difusión a través de los libros, y aunque desde el siglo XVII la Corona española se había preocupado por vigilar y examinar lo mejor posible cada libro y cada cargamento que partía para América, el contrabando de libros sirvió como herramienta para difundirlo.Otro factor importante fue la impresión, cuantos más ejemplares se imprimieran, mejor podía resultar la propagación del texto.Si el inquisidor encontraba en estas bibliotecas algún título prohibido, era inmediatamente decomisado y el resto era vendido al público.
Ilustración publicada por la
Congregación del Índice
en el
Index
(edición de 1711), en la que se representa al
Espíritu Santo
quemando libros prohibidos mediante la emanación de un haz sobrenatural que se refleja en el cuerpo de San Pedro y San Pablo.