Honoré de Balzac

Cuando terminó la escuela, Balzac se hizo a regañadientes aprendiz en un despacho notarial, pero abondonó el estudio del derecho tras cansarse de su inhumanidad y su rutina banal.La comedia humana refleja sus dificultades reales e incluye escenas tomadas de su propia experiencia.En 1850, Balzac se casó con Ewelina Hańska, una aristócrata polaca y su amor de toda la vida; murió en París cinco meses después.[4]​ En ese desempeño se enriquecería considerablemente, y haría valiosas relaciones entre la burguesía de París.Mientras residían en dicha ciudad, Anne-Charlotte dio a luz, en 1799, a Honoré Balzac, hijo segundogénito del matrimonio, si bien el primogénito, Louis-Daniel, nacido un año antes, había muerto al cabo de un mes.[7]​ La infancia de Honoré de Balzac fue difícil, caracterizada, principalmente, por el desapego emocional que mostraron sus padres; esto marcaría profundamente a Honoré, quien siempre buscaría relacionarse con mujeres mayores que él, capaces de ofrecerle el amor que su madre le negó en su infancia.[9]​ Cuando pasó a residir en casa de sus padres, estos le trataron con gran frialdad, manteniendo una gélida distancia hacia su hijo, a quien no se le permitía ninguna diversión infantil.Las condiciones del internado eran duras: no había vacaciones escolares,[10]​ por lo que apenas vio a sus padres en todo ese tiempo; su madre, esperando despertar en él un afán ahorrativo y trabajador, apenas le mandaba dinero, por lo que Balzac era ridiculizado por sus compañeros;[11]​ el sistema de estudio del internado, basado en la continua memorización de textos, no se adecuaba a Honoré, quien sería uno de los peores estudiantes de su clase;[12]​ su actitud desganada le valió frecuentes castigos, tanto corporales como en celdas de detención...[10]​ En 1814 Honoré abandona el internado, al parecer tras haber sufrido una larga enfermedad indeterminada (Balzac hablaría de una «congestión intelectual»[13]​).Al parecer, Honoré afirmaría haber intentado suicidarse arrojándose desde un puente sobre el Loira en ese período.Su interés por el filósofo y místico sueco Emanuel Swedenborg, a quien ya conocía por medio de su madre, parece que se desarrolló plenamente durante este período.El estilo de Balzac, que a veces resulta desarreglado y poco estable, parece sufrir por estos años en los que, a decir de Stefan Zweig, Balzac vende su alma al mejor postor.Conforme pasa el tiempo ve que no se venden y comienza a reducir el precio hasta 13 francos, y posteriormente 10, 9, 7 y 5 francos; aun así, apenas logra vender unos 20 libros, por lo que, cuando los acreedores le apremian a pagar sus deudas, Balzac, desesperado, le vende los 2000 volúmenes a un editor de provincias por 5 francos el libro; sin embargo, el editor no le paga en metálico, sino que libra una letra a su favor, y cuando Balzac le exige el pago, lo hace en especie, con una edición de manuales de pésima calidad que no valen nada.[cita requerida] Hacia 1827, se involucra en otros negocios relacionados con el mundo editorial, que también fracasan y le llenan de deudas.La imprenta comienza a funcionar, pero malamente: Balzac no establece ningún criterio editorial, y se dedica a publicar todo tipo de panfletos, propagandas, libros, manuales... Al cabo de unos meses, es evidente que el negocio no marcha bien; entonces, a fin de compensarlo, decide crear, endeudándose de nuevo, un periódico que él mismo edita; la línea editorial del mismo, caótica, y el escaso interés que suscita ayudan a hundir un poco más la situación.Curiosamente, una vez saneadas, la imprenta y la fundición de tipos resultarán negocios muy prósperos.[26]​ En esa localidad completa la novela, cuya calidad, muy por encima de los folletines que había producido hasta entonces, le anima a firmarla con su nombre.[27]​ La novela, que aparece inicialmente con el título de El último chuan (posteriormente la revisaría y volvería a publicar como Los Chuanes), se vende mal, pero le permite llamar la atención.Durante esta década Balzac, pese a conocer un éxito sin precedentes, se ve acosado por problemas económicos originados por los ruinosos negocios en los que invierte: compra unas antiguas minas romanas en Cerdeña, creyendo que en ellas se había encontrado una nueva veta de oro, e incluso llega a visitarlas, volviendo a París presa de un gran entusiasmo que pronto se trunca al ver que ha sido engañado.Fue la propia condesa quien, tras haber leído La piel de zapa, se pone en contacto con Honoré.Aun así, mantendrán relaciones esporádicas, que le llevarán a visitar a la condesa en Suiza cuando en 1833 se encuentra de vacaciones con su marido (con el que trabará relación y quien creerá que Balzac es una nueva amistad de su familia), así como, al año siguiente, a Viena, donde Balzac puede valorar su auténtica fama internacional cuando toda la alta sociedad vienesa lo recibe con los brazos abiertos.Tras la muerte del barón Hanska en 1842, Balzac imagina que la condesa Hanska estará dispuesta a sellar su amor con el matrimonio, y comienza a insistirle acuciantemente en ese sentido.En 1849 viaja a Wierchownia, la hacienda ucraniana de la condesa, donde parece conseguir un compromiso matrimonial definitivo.[cita requerida] Ante su tumba, Víctor Hugo pronunció las siguientes palabras en su honor: Al entierro acudieron asimismo Frédéric Lemaître, Gustave Courbet y Alejandro Dumas padre e hijo, entre otros muchos.[35]​ Aunque admiraba y se inspiraba en el estilo romántico del novelista escocés Walter Scott, Balzac trataba de describir la existencia humana mediante el uso de particulares.
Busto de Balzac, por Rodin .