Dicha familia se presenta como originaria de Gante, donde alcanzan gran prestigio y riqueza, y logran entroncar con la nobleza española a través de la familia Molina.
Para ello, monta en su desván un laboratorio de química cuyo inmenso costo comienza a perjudicar la economía familiar.
Por su parte, Gabriel Claës, que había ido a estudiar ingeniería a París, logra un buen empleo, y Marguerite acaba casándose con Emmanuel, con el que disfruta de un feliz matrimonio.
La novela, empero, no concluye hasta que Balthazar consigue destruirse a sí mismo: en Bretaña, alejado de su familia, y con la ayuda de su criado Lemulquinier (quien comparte la obsesión con su amo), Balthazar retoma su busca, a la que dedica todos sus recursos, no solo pecuniarios: acaba cayendo enfermo, consumido por su obsesión, y muere creyendo, en un destello final, haber dado con el Absoluto, pronunciando un patético ¡Eureka!
La persistencia de la posición social y por el dinero es típicamente balzaciana, y los personajes que rodean al destructivo Balthazar se ven forzados a rehacer su fortuna frente a los desmanes de Balthazar.
En Niza se menciona a Pierre-Joseph Arson, un banquero que quiso comprar el secreto del Absoluto al matemático polaco Josef Hoëné-Wronski.
Sin embargo, la película Les Quatre Cents Coups (1959), de François Truffaut, alude a esta obra.