Aunque Frollo surge como el villano de la historia, se presenta como un hombre extremadamente complejo desgarrado por las pasiones.
Frollo es un intelectual brillante seducido por la alquimia, que lo hace recluirse y ser creído un hechicero por el pueblo.
No obstante, aunque célibe por mantener con honestidad los votos eclesiásticos, también puede sentir una fuerte pasión sexual.
En ella, Jehan ni siquiera aparece (aunque sí es adaptado en el musical basado en la película).
Muchos argumentan que estos cambios se hicieron para evitar una reacción negativa por parte de las organizaciones religiosas.