[2] Este término avant-propos, que no es más que la traducción literal de prosfatio (pros-fatio en latín significa ante-propósito), fue empleado en francés desde el siglo XVI.
El avant-propos no siempre dispensa de una introducción.
Así por ejemplo, Voltaire utilizó ambos al inicio de su obra Essai sur les mœurs et l'esprit des nations.
Según Émile Littré, « el primero en utilizar avant-propos como prólogo, fue Louis Lecharrond en su obra titulada Dialogues;[3] y al comienzo se burlaban de él » por haber introducido esta innovación.
El avant-propos puede incluir agradecimientos y reconocimientos para las personas que de una u otra forma ayudaron al autor durante la etapa de la creación o para que la publicación pudiera efectivamente concretarse.