La sepsis, también llamada septicemia en algunos casos, es un síndrome de anormalidades fisiológicas, patológicas y bioquímicas, potencialmente mortal asociadas a una infección.
[2] El vocablo «sepsis» viene del griego σήψις sḗpsis, que significa 'putrefacción'.
La palabra «septicemia» está formada por el lexema griego σηπτικός sēptikós 'que corrompe' y el sufijo -emia proveniente del latín científico -aemia, y este del griego -αιμία -aimía, derivado a su vez de αἷμα haîma 'sangre'; literalmente significa 'presencia anormal de corrosión/putrefacción en sangre'.
Sin embargo, aunque esta afección sea un SRIS de causa infecciosa, no está causada necesariamente por la presencia de gérmenes en sangre, basta con que haya cualquier tipo de infección, por lo que se considera más apropiado usar el término «sepsis», y para los casos en que coexistan una sepsis y una bacteriemia se utilizará «septicemia».
Se llama infección a todo proceso patológico secundario a la invasión por microorganismos patógenos o potencialmente patógenos de un tejido, líquido o cavidad anatómica que en condiciones normales deben permanecer estériles.
Las manifestaciones de la infección por este germen no se relacionan con la invasión, sino con la exotoxina que produce.
Desde el año 2015, según los mismos expertos, se considera un término redundante (la sepsis siempre es grave).
[2][4] El choque séptico, hasta el año 2015, significaba, de acuerdo con los expertos, una sepsis con insuficiencia circulatoria por hipotensión arterial persistente (presión arterial media o PAM inferior a 60 mmHg) pese a una terapia con líquidos correcta.
[2] Este síndrome define el compromiso de distintos órganos en un paciente con choque séptico.
[7] La sepsis puede clasificarse de diferentes formas, según su gravedad o por tipos específicos.
[10][11][12] Hipócrates consideraba que la sepsis, uno de los síndromes más antiguos y elusivos de la medicina, es el proceso por el cual se pudre la carne, los pantanos generan aire contaminado y las heridas supuran.
Este grupo definió la sepsis como una respuesta inflamatoria sistémica a la infección y señaló que puede surgir en respuesta a múltiples causas infecciosas y que la septicemia no es una condición necesaria ni un término útil.
[22][23][24][25] Varias situaciones médicas aumentan la susceptibilidad a la infección y al desarrollo de sepsis.
Los factores de riesgo comunes incluyen la edad (el riesgo es mayor en los niños muy pequeños y en los ancianos), malformaciones congénitas, trastornos metabólicos, desnutrición avanzada, insuficiencia hepática grave, enfermedades y estados que debilitan el sistema inmunitario, como el cáncer, la diabetes o la asplenia, los traumatismos, quemaduras e intervenciones quirúrgicas que implican apertura de cavidades sépticas.
[28] Los síntomas de la sepsis no son causados por los microorganismos sino por productos químicos que libera el huésped.
La respuesta que conduce a la sepsis puede ser activada por la infección de cualquier sitio corporal.
[29] La infección bacteriana es la causa más común de sepsis y choque séptico.
Otros microorganismos responsables de sepsis severa son el Streptococcus pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa.
[30] Las enfermedades y otras situaciones que más predisponen a la aparición de sepsis por bacterias gramnegativas son la diabetes mellitus, enfermedades linfoproliferativas como la leucemia, la cirrosis hepática, las quemaduras extensas y ciertos fármacos neutropénicos.
[4] El término sepsis grave define la sepsis asociada con disfunción de órganos, hipoperfusión (acidosis láctica, oliguria y alteraciones del estado mental) o hipotensión que revierte con la administración de líquidos.
Los criterios propuestos deberían ayudar a la categorización del diagnóstico una vez completados la evaluación inicial y el manejo inmediato.
El choque séptico se definió como una afección derivada de la sepsis en la que las anomalías circulatorias, celulares y metabólicas particularmente importantes se asocian con un riesgo de mortalidad mayor que el asociado con la sepsis sola.
Esos datos ayudarán sobre todo al manejo del paciente, pero también permitirán la obtención posterior de la puntuación SOFA.
[2] Como ya se dijo, las definiciones y los criterios clínicos actualizados deben sustituir a los anteriores.
[2] No obstante, cabe destacar la falta de consenso en el campo médico respecto a esta nueva definición.
En múltiples estudios se ha objetivado una relación directamente proporcional entre mortalidad y el SRIS.
[36][37] En cuanto a la sepsis neonatal, aunque la mayor parte de los patógenos que la causan son bacterias, en algunas ocasiones la infección es provocada por hongos, virus o parásitos de manera que esas etiologías deben ser consideradas en el diagnóstico diferencial.
[19] En un trabajo anterior se dice que a pesar de los avances en el diagnóstico y la intervención temprana con antibióticos, las tasas de morbilidad y mortalidad asociadas con la sepsis por bacterias gramnegativas siguen siendo altas.
El tratamiento tradicional de la sepsis se dirige sobre todo contra el microorganismo mediante el uso de antibióticos cada vez más potentes, pero se sabe que los antibióticos no constituyen una solución definitiva porque aun cuando eliminen a las bacterias no tendrán efectos sobre la endotoxina y podrán aumentar su liberación cuando se produzca la lisis celular.
[45] La muerte se produce en alrededor del veinte al treinta y cinco por ciento de los pacientes con sepsis grave y entre las personas con choque séptico la tasa de mortalidad es del treinta al setenta por ciento.