Anfión quiso vengar la muerte de sus hijos y acudió al santuario de Apolo en Delfos para matar a sus sacerdotes, pero el dios le dio muerte, y además Anfión fue castigado en el Tártaro por esta acción.Al décimo día los mismos dioses les dieron sepultura, cumpliendo así la norma religiosa.Por haber disputado con Leto sobre la belleza de sus hijos, sufrió el siguiente castigo: su esposo, Filoto, murió en una cacería.Asaón, su padre, lleno de pasión por su hija, quería que se casara con él.En los autores clásicos hay discrepancias en el número de hijos que tuvo Níobe (los llamados nióbidas o nióbides): Homero da doce, Hesíodo veinte, Heródoto cinco, el pseudo-Apolodoro dieciséis y Eurípides catorce, siendo esta última la versión más aceptada.Según Telesila se salvaron Amiclas y Melibea, pues Anfión también habría muerto flechado por ellos».[12]Pausanias dice que Melibea pasó a llamarse posteriormene Cloris (de color «verde pálido») porque el temor la hizo palidecer.[16] El mito de Níobe es un tema literario utilizado desde la Antigüedad como un tópico referente al desconsuelo ante la pérdida de los hijos (comparable como arquetipo al pasaje bíblico en que Raquel llora por sus hijos y rehúsa ser consolada, porque ya no existen,[17] y al papel pasional de la Virgen María —Mater Dolorosa, Pietà, etc.—).[31] En la cerámica griega la primera representación conocida del mito es un ánfora tirrena de mediados del siglo VI a. C.[32][33] Un siglo más tarde desarrolló su trabajo un pintor que la historiografía ha denominado Pintor de los nióbides[34] a partir de la crátera utilizada para definir su estilo (datable a mediados del siglo V a. C.)[35][36] Lo particular de su composición, con los personajes dispuestos en dos niveles diferentes, ha permitido conjeturar que la composición está inspirada en una gran pintura mural.[40] Fue descubierto en 1583 (al mismo tiempo que Los luchadores),[41] y trasladado en 1775 a la Galeria degli Uffizi (Florencia), donde decoraba la sala llamada de la Tribuna; aunque se le dio escaso valor hasta que Winckelmann la describió en su famosa Historia del arte.[49] El compositor barroco Agostino Steffani estrenó en Múnich en 1688 una ópera sobre libreto de Luigi Orlandi titulada Niobe, Regina di Tebe.Su nombre se dio el de un elemento químico —niobio—; a un asteroide —(71) Niobe, descubierto por Robert Luther en 1861—; a un género botánico —Hosta o Niobe, por Richard Anthony Salisbury en 1812— y la mariposa Argynnis niobe —Linnaeus, 1758 Anders Gustaf Ekeberg había descubierto el tantalio en 1802; posteriormente (en 1845) Heinrich Rose denominó "niobio" y "pelopio"[51] (por los dos hijos de Tántalo) a otros dos nuevos elementos que había creído identificar en una muestra de tantalita, aunque sólo el niobio se verificó.