En la mitología griega, Tántalo (en griego antiguo Τάνταλος Tántalos) era un hijo de Zeus o Tmolo,[1] rey de Frigia o del monte Sípilo en Lidia (Asia Menor).
Se dice que Tántalo dispuso Ganimedes para el placer de Zeus.
[11][12][13][14]«Los poetas afirman que el antiguo Tántalo llegó a ser amante del placer.
[15]Un último crimen terminó por colmar la paciencia de los dioses: cuando Pandáreo robó el mastín de oro —que le había hecho Hefesto a Rea para que cuidara del recién nacido Zeus— y se lo dio a Tántalo para que lo ocultara.
[16][17] Después de muerto, Tántalo fue eternamente torturado en el Tártaro por los crímenes que había cometido.
[24][27] A Tántalo también se le hace padre, sin especificar la consorte, de Dáscilo, un hijo epónimo.
Los castigos que conllevan sus delitos sirven de lección moral y se extienden hasta sus descendientes.