Víctor Jara

[14]​[15]​ Al respecto, existe la grabación de una entrevista que dio el cantautor en Moscú en 1970:

Su padre, Manuel Jara, se dedicaba a las tareas del campo, y su madre, Amanda Martínez, originaria del sur de Chile, además de dedicarse a las labores domésticas, tocaba la guitarra y cantaba.

Víctor tenía cuatro hermanos: María, Georgina (Coca), Eduardo (Lalo) y Roberto.

Influenciado por su madre, tomó también contacto a temprana edad con la música, además de asistir al colegio.

[15]​ La familia se trasladó a la población Los Nogales, donde coincidieron con Julio y Humberto Morgado, compañeros de Víctor en la escuela primaria.

Cuando contaba con 15 años, falleció su madre, lo que significó la disolución del núcleo familiar.

Paralelamente, fue pareja de la actriz Gabriela Medina durante tres años.

Como solista del grupo Cuncumen, grabó su primer disco, un sencillo que contenía dos villancicos chilenos.

En 1961, viajó como director artístico de Cuncumén por Países Bajos, Francia, Unión Soviética, Checoslovaquia, Polonia, Rumania y Bulgaria.

Sin abandonar el teatro, en 1966 grabó su primer LP como solista, Víctor Jara, editado por la empresa discográfica Arena.

En esa época, participó en la campaña electoral de la Unidad Popular y presentó el álbum Canto libre.

Al asumir Salvador Allende como presidente de Chile, Jara fue nombrado embajador cultural, y en 1971 compuso la música, junto con Celso Garrido Lecca, para el ballet Los siete estados, de Patricio Bunster que se puso en el Ballet Nacional (Banch).

Lo llevaron al Estadio Chile, convertido en campo de concentración por los militares (actual Estadio Víctor Jara, lugar en el que hay una placa en su honor con su último poema),[20]​ donde permaneció cuatro días.

Luego fue llevado al depósito de cadáveres, donde le asignaron las siglas NN, y donde más tarde sería identificado por su esposa, la coreógrafa de origen británico Joan Turner.

[27]​[28]​ Como homenaje a su memoria, treinta años después del golpe militar, en septiembre de 2003, se puso su nombre al hasta entonces Estadio Chile.

En el momento de la ejecución, Paredes Márquez era un recluta del ejército chileno que tenía 18 años.

[34]​ Bajo la autoridad del juez Juan Eduardo Fuentes Belmar, en 2007 se realizó una investigación sobre el asesinato de Víctor Jara destinada a buscar responsabilidades.

Pedro Barrientos Núñez fijó en 1990 su residencia en Estados Unidos, por lo que el juez ordenó la captura internacional.

c) Que, entre los docentes aprehendidos, se encontraba el cantante popular y también investigador de dicha Universidad, Víctor Lidio Jara Martínez, quien ingresó al Estadio Chile junto con el referido grupo de detenidos, para posteriormente ser ubicado con estos en las graderías de dicho recinto deportivo.

d) Que, durante su detención, Víctor Jara Martínez fue reconocido por el personal militar instalado al interior del Estadio Chile, siendo separado del resto de los prisioneros, para ser llevado a otras dependencias ubicadas en los camarines, ocupadas como salas de interrogatorios y apremios, donde fuera agredido físicamente en forma permanente, por varios Oficiales.

[44]​ Desde ese mismo lunes, la policía de investigaciones (PDI) intenta detener a los condenados, dos de los cuales, Raúl Jofré González y Nelson Haase Mazzei, aún se encuentran prófugos.

[48]​ Entre las obras dirigidas por Víctor Jara se encuentran: Obras en las que asistió a la dirección: Discos de estudio Víctor Jara creó, grabó y editó una extensa obra musical.

La carta fue redactada en París en diciembre de 1987, mientras Parra se encontraba en el exilio.

Jara actuando en Helsinki en una protesta contra la guerra de Vietnam (1969).
«El amor a la justicia como instrumento del equilibrio para la dignidad del hombre», oración de Víctor Jara.
Vista del Estadio Víctor Jara en la actualidad, lugar donde fue asesinado el artista.
La tumba de Víctor Jara en el Cementerio General de Santiago .
Velatorio de Víctor Jara, realizado en diciembre de 2009.
Mural a Víctor Jara realizado en el galpón que lleva su nombre .
Placa en Barcelona en homenaje a Jara: «Yo no canto por cantar ni por tener buena voz. Canto porque la guitarra tiene sentido y razón».