[1][2][3] Tras estudiar el bachillerato en la ciudad de Matanzas, se formó como cirujano dental y ejerció como tal durante tres años (1954-1957) al tiempo que compaginaba el trabajo con su vocación literaria.
Así, su primera obra, Hay un muerto en la calle, la escribió en 1954 y sigue inédita.
El éxito de su segunda obra dramática, El peine y el espejo, escrita en 1956 pero estrenada en 1960, le situó definitivamente en el mundo de las letras y el arte dramático.
En este tiempo recibió los primeros premios de su dilatada carrera, como el premio Casa de las Américas con El robo del cochino y mención para La casa vieja en el montaje dirigido por Berta Martínez.
A estas alturas sus obras constituyen un recorrido íntimo por los entresijos del ser humano como parte, para bien y para mal, de esa estructura social que es la familia, núcleo sobre el que se centra Estorino para mirar la realidad de la sociedad en su conjunto, no solo desde una visión local, sino también general.