Hoy día son los océanos, y ciertos medios vegetales (bosques en formación).
Las bacterias fotosintéticas, las plantas y la cadena alimentaria, son consideradas como sumideros de carbono.
Los árboles son los principales sumideros naturales del planeta, esenciales para el ciclo de carbono.
Cuando el árbol muere, la madera es descompuesta por bacterias, hongos e invertebrados, reciclando su carbono como biomasa, materia orgánica muerta (cadáveres y excrementos de estos organismos) y, en forma de gases (CO2 y metano) liberados a la atmósfera o en el agua.
Los bosques y otros ecosistemas siguen almacenando o reciclando ese carbono a través de la regeneración natural.
Un cuarto del carbono absorbido por los bosques lo es por las plantas y el suelo.
Los océanos son los principales sumideros naturales de carbono, asimilado a través del plancton, los corales y los peces, y luego transformado en rocas sedimentarias o biogénicas.
Es el caso de las costas occidentales de América del Sur (Chile, Perú) y del Norte (México, Estados Unidos y Canadá) además de muchas otras áreas como sucede en Groenlandia Occidental, Noruega, Namibia, Australia Occidental, África del Noroeste, Portugal y España del noroeste y muchas otras áreas de todo el mundo.
Los datos climáticos muestran que los vientos han aumentado en el hemisferio sur, provocando una mezcla del agua superficial que la hace perder CO / CO2, y esos vientos provocan una mezcla con aguas profundas, ricas en CO / CO2.
Para compensar sus emisiones, las regiones más desarrolladas deben plantar un área mucho mayor que la totalidad de su territorio.
Se debería forestar un área mayor que la actualmente disponible de todas las tierras emergidas (campos, carreteras y ciudades incluidos).
Los bosques tropicales se consideraron inicialmente neutrales con respecto al carbono, pero un estudio reciente[7] (mediciones realizadas a más de 2 millones de árboles en el mundo) mostraron que en general eran sumideros de carbono, función que podría estar limitada por el estrés hídrico.
El tipo de gestión es también importante: un bosque muy joven plantado tras una corta rasa puede tener un balance de carbono negativo, los 10 o 12 primeros años, perdiendo más carbono que el que almacena.
Algunos creen que las fuentes naturales de hierro han estado disminuyendo desde hace décadas, lo que limita la productividad ecológica y la biomasa oceánica (NASA, 2003) y por lo tanto el bombeo biológico de CO2 atmosférico por la fotosíntesis.
Un trabajo realizado en Alemania (2005) ha sugerido que cualquier tipo de biomasa carbónica en los océanos profundos, enterrada o reciclada en la zona eufótica, representa un almacenamiento a largo plazo del carbono.
Otros cuestionan la fiabilidad del método, especialmente a largo plazo.
La siembra directa y el barbecho puede ayudar al almacenamiento de carbono.
De acuerdo a él, siguiendo el ciclo completo del carbono se puede capturar más carbono del que se emite.
Los árboles tienen más carbono almacenado (212 g / m² en el aire y 646 g / m² en las raíces), pero 442 g / m² de carbono se habían perdido en el suelo, principalmente en la superficie hasta 10 cm, debido al parecer al impacto del CO2 en el suelo (por acidificación y estimulación de la actividad enzimática de los microorganismos del suelo, lo que aumenta la descomposición de materia orgánica, y más si hay aportes de carbono (estiércol).
Otras técnicas que se están explorando, como la absorción por variación rápida de temperatura / presión, la separación del gas y la criogenia.
Otra opción a largo plazo es la captura de carbono del aire utilizando hidróxidos.
En contacto con un gas ácido (como el CO2, una solución acuosa de 2-aminoetanol forma una sal a temperatura ambiente.
La solución es transportada entonces a un ambiente cerrado donde se calienta a unos 120°, lo que, según el principio de Le Châtelier libera el CO2 (puro) y se regenera la solución acuosa de 2-aminoetanol.
Experimentos realizados entre 350 y 3600 metros indican que el CO2 líquido reacciona a la presión solidificándose en hidrato de metano, que se disuelve poco a poco en las aguas circundantes.
El equilibrio biológico de los fondos marinos, poco conocido, probablemente se verá afectado.
Sumergir estos residuos en los depósitos aluviales tendrá por efecto un soterramiento en el fondo del océano, capturando la biomasa por un tiempo muy importante.
Otros proyectos similares se están llevando a cabo en el mundo.
Los acuíferos salinos están formados por agua subterránea demasiado salada para ser utilizada.
Las desventajas de los campos petroleros se encuentran en su distribución geográfica y su limitada capacidad.