En los años inmediatamente posteriores a la proclamación de la República Popular China (1949), la Unión Soviética se convirtió en su aliado más cercano.
Jruschov ridiculizó los fracasos del Gran Salto Adelante y el Movimiento de Comunas Populares.
[2] La división chino-soviética estuvo marcada por combates a pequeña escala en el Conflicto fronterizo sino-soviético en 1969.
Dado que la República Popular China ya no defendía la noción antirrevisionista de la contradicción antagónica entre clases, las relaciones entre los dos países se normalizaron gradualmente.
Los soldados soviéticos vestían uniformes sin marcas y se camuflaron entre los rusos blancos.
[12] Las entregas se detuvieron en agosto de 1941 debido al ataque alemán a la Unión Soviética.
Las fuerzas soviéticas obtuvieron una victoria decisiva mientras que Kwantung sufrió bajas masivas, con 700.000 habiéndose rendido.
Stalin lo hizo esperar durante semanas, humillando a Mao en un trato digno de un vasallo menor.
[16] Sin embargo, tanto Kim Il-Sung como Stalin no consideraron que Estados Unidos intervendría en esa guerra de inmediato, en todo caso.
[17] Dado que sin la cobertura aérea de la Unión Soviética, Mao una vez consideró que China no enviaba tropas a Corea, y Stalin en un momento decidió renunciar a la península de Corea.
Después de 12 días de que las tropas chinas ingresaran a la guerra, Stalin permitió que la Fuerza Aérea Soviética proporcionara cobertura aérea y apoyó más ayuda a China.
[18] Sin embargo, las diferentes visiones que ambos países tenían acerca de la colaboración mutua provocarían un conflicto creciente.
No obstante, cuando en febrero de 1956 Nikita Jruschov emitió su célebre "Discurso secreto" condenando el régimen de Stalin y sus políticas, Mao reaccionó agriamente debido a la fuerte adhesión que éste había mostrado previamente al estalinismo.
Cuando Jruschov restauró las relaciones diplomáticas de la URSS con la RFS de Yugoslavia (las cuales había roto Stalin en 1948), el Gobierno chino cuestionó tal decisión advirtiendo cómo Yugoslavia pactaba en simultáneo con países comunistas y capitalistas.
Nuevamente, Mao consideró esta negativa soviética como un "repliegue" de la URSS ante EE.
UU., por lo cual consideró que China debería contar solamente con sus propias fuerzas en caso de un conflicto bélico contra Japón y/o los estadounidenses.
Sin embargo, Gromyko evitó comprometerse: En paralelo, los líderes soviéticos cuestionaban en público la eficacia del Gran Salto Adelante emprendido por Mao como un calco del plan quinquenal soviético, lo cual aumentó las tensiones entre ambos países.
tras el incidente del avión espía U-2, pero Mao condenó el suceso y declaró que la reacción soviética debió ser mucho más agresiva contra los estadounidenses.
Poco después, la URSS negaría una vez más el apoyo a la República Popular China en la breve guerra que ésta mantuvo con India en noviembre de 1962 por el control de una zona fronteriza en el extremo suroccidental del país, conocida como Aksai Chin.
Por su lado, Mao Zedong advirtió que el "modelo revolucionario" del Partido Comunista de China debería ser seguido por todos los grupos comunistas en el planeta y especialmente en el Tercer Mundo, en tanto la experiencia del PCCh habría resultado exitosa al poner énfasis en el campesinado como "agente revolucionario", en vez de otorgar este rol al proletariado urbano que resultaba minoritario en los países tercermundistas.
Paulatinamente el régimen de Mao apreció que en materias económicas, geopolíticas, y diplomáticas, los intereses soviéticos no coincidían con los chinos, siendo inevitable la ruptura.
Otra manifestación de la ruptura se mostró en las relaciones internacionales de China y de la URSS, concretamente en su apoyo a movimientos comunistas del resto del mundo, que empezaron a definirse como maoístas si apoyaban las posiciones políticas de China o como "pro-soviéticos" si mantenían su lealtad hacia la URSS en nombre del marxismo-leninismo, terreno donde ambos países entraron en pugna para obtener mayor ascendiente sobre estos grupos, tanto en Europa como en América Latina y África, al punto que en este último continente la URSS y China apoyaron de modo simultáneo —o alternado— a diversos movimientos izquierdistas anticoloniales, según la variable ideológica que manifestaran.
Del mismo modo, ambos países compitieron mutuamente para alcanzar mayor influencia entre los gobiernos del Tercer Mundo, no sólo en América Latina sino sobre todo en los países recién independientes en Asia, y África, mediante acuerdos de cooperación económica o política, aunque en todas estas áreas la URSS logró más adhesiones concretas.
Finalmente en 1975, en Indochina surgieron tres gobiernos comunistas cuya afiliación ideológica resultó diversa: Vietnam (donde el gobierno del Norte había ganado la guerra contra Vietnam del Sur) y Laos se mantuvieron como aliados de la URSS, mientras que la menos próspera y poblada Camboya (gobernada por los Jemeres Rojos que ese año ganaban la guerra civil camboyana) se alió con China.
A fines de 1991 la URSS era reemplazada por quince nuevas repúblicas, ya soberanas e independientes, siendo que todas ellas adoptaron el sistema económico del capitalismo.
China y Afganistán mantuvieron relaciones neutrales entre sí durante el gobierno del rey Zahir Shah.
China adquirió equipo militar de los Estados Unidos para defenderse del ataque soviético.
Los asesores militares chinos y las tropas del ejército estuvieron presentes con los muyahidines durante el entrenamiento.
A fines de 1991 la URSS era reemplazada por quince nuevas repúblicas, ya soberanas e independientes, siendo que todas ellas adoptaron el sistema económico del capitalismo.
El tratado abordó una serie de temas como los privilegios soviéticos en Xinjiang y Manchuria.