Glásnost

Las repúblicas de la Unión Soviética empezaron a proclamarse como independientes en forma sucesiva, sin que desde Moscú se pudiera impedir dicho proceso.

Se introdujeron algunas reformas que permitían la asistencia de la prensa y el público a los juicios.

El uso del término glásnost se reforzó en 1920 en el curso de la Guerra civil y ante los éxitos en el frente militar, León Trotski aspiraba a organizar la economía y la sociedad según los patrones militares del Ejército Rojo.

El mismo Grigori Zinóviev consideraba que se pretendía «tiranizar» a los obreros y, desde dentro del partido, Aleksandr Shliápnikov organizó el grupo Oposición Obrera, al que más tarde se adhirieron otros dirigentes y miembros de la intelligentsia como Aleksandra Kolontái.

Los manifestantes pidieron específicamente "glásnost", refiriéndose en este caso a la admisión específica del público, observadores independientes y periodistas extranjeros, al juicio que se había legislado en el entonces recién publicado Código de Procedimiento Penal.

Con algunas excepciones específicas, el artículo 111 del Código establecía que las vistas judiciales en la URSS debían celebrarse en público.

Como, por ejemplo, los grupos separatistas comenzaron rápidamente a ganar terreno en las elecciones para las asambleas regionales de las repúblicas soviéticas.

Las repúblicas bálticas, que consideraban haber sido invadidas por el Ejército Rojo en 1940 y anexadas a la URSS contra su voluntad[11]​ —aunque la versión oficial sostenía que fueron incorporadas por pedido de sus gobiernos—, incrementaron progresivamente sus reclamos de soberanía e independencia.

Estos intentos de reformar el sistema estalinista eran vistos como necesarios para flexibilizar la economía.

El objetivo de la glásnost era crear un debate interno entre los ciudadanos y alentar una actitud positiva frente a las reformas económicas.

En el último periodo de la Guerra Fría en la Unión Soviética, el líder del Comité Central del Partido Comunista, Mijaíl Gorbachov realizó profundas reformas que buscaban democratizar al país y de esa manera terminar con el Estado totalitario.

Durante la Glasnost, se reexaminó la historia soviética bajo Stalin; la literatura censurada en las bibliotecas se hizo más accesible;[14]​[15]​ y hubo una mayor libertad de expresión para los ciudadanos y apertura en los medios de comunicación.

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