En el entorno hay robles, encinas y pinos negrales, de los que antaño se extraía la resina.
Crecen chopos acompañando del curso el río Izana y sus numerosos manantiales.
El colegio público recibe alumnos de los pueblos y barrios cercanos.
[10] Quintana Redonda agrupa, además del núcleo principal, otros once pueblos o barrios.
Trataremos también, brevemente, los restos arqueológicos pertenecientes a estos pueblos vinculados al municipio.
Izana: Altitud: 1.048 m s. n. m. Dicen que Izana es nombre prerromano, de origen vasco y cuyo significado está relacionado con el agua, tal vez por eso el pueblo y el río lleven el mismo nombre.
[13] La Revilla de Calatañazor: Altitud: 1015 m s. n. m. Este pueblo conserva la estructura original.
En el interior se puede admirar un muy bien conservado arco que separa la nave central del ábside y una pila bautismal de la misma época.
Fuentelárbol: 965 m s. n. m. En este pueblo la iglesia románica, dedicada también a la Asunción, llama la atención por su ábside y su rica decoración exterior.
Monasterio: Altitud: 1.110 m s. n. m. Lavadero en piedra, de original estructura circular, restaurado en 1998.
Se encuentra en un entorno natural muy llamativo, por el tipo de piedra del terreno.
En toda la construcción de este templo no había ni una piedra sillar (...) casi todo estaba construido con abundante cal y piedra pequeña en forma de tapiales” así describe Celestino Zamora, párroco de Quintana, el antiguo templo que el pueblo poseía en lo que hoy es el cementerio y que según Miguel Moreno sería construida en el siglo XIII.
La ermita de San Roque estaba situada, probablemente, entre el actual frontón y el Hospicio (o pobrera, lo que hoy son los vestuarios del campo de fútbol, que daba cobijo a ambulantes, peregrinos y pobres).
De la ermita de San Agustín tenemos referencias en 1627 por primera vez, el obispo Dueñas mandó enterrar las figuras que en ella había “por no mover a devoción, y que no se diga misa en dicho templo hasta que no fuera adornado de manera decente”.
“Dios permitió todo esto para probar nuestra fe”, concluyó el párroco.